El mes de retraso en el comienzo de la campaña agraria marroquí a causa del cambio climático tiene consecuencias variadas para los exportadores. Asmae Baibane, directora de exportación en BL Agri, comparte su perspectiva de esta inusual situación.

Según Baibane, que la campaña venga retrasada podría resultar ventajosa para los exportadores, puesto que esta suele comenzar en un momento en que los precios son bajos. La directora de exportación explica que, "inicialmente, las consecuencias fueron negativas por la bajada de la demanda y de los precios. Sin embargo, conforme vayan cambiando las condiciones meteorológicas y suba la demanda, los resultados podrían ser más positivos. Los exportadores podrían experimentar un periodo de ventas más corto pero más lucrativo, aunque podría verse contrarrestado por las dificultades logísticas y la necesidad de responder con rapidez al mercado".
Los productos marroquíes llegaron tarde al mercado, pero justo en un momento en que la demanda tendía al alza, lo cual estimulará los volúmenes siempre y cuando las condiciones meteorológicas mejoren, añade Baibane. "Ha sido difícil mantener los mismos niveles de volúmenes que la temporada pasada por la demora en el inicio. En general, los volúmenes pueden ser algo inferiores, en particular en la fase inicial de la campaña. Sin embargo, cuando la demanda repunte y las condiciones sean más favorables, se harán esfuerzos para incrementar la producción a fin de responder al incremento tardío de la demanda".

Entre las áreas donde se requiere adaptabilidad se encuentra la selección varietal. Las condiciones meteorológicas, unidas a los problemas fitosanitarios, han ejercido una presión considerable sobre los proveedores de semillas, lo que se ha traducido en la escasez de semillas de muchos vegetales. Baibane dice que este parámetro también influye ahora en la configuración de la temporada. "La falta de semillas ha obligado a los exportadores a adaptar sus gamas de cultivos. Esto significa la diversificación hacia diferentes variedades que o bien están más disponibles o bien son más resistentes a las cambiantes condiciones meteorológicas. Este cambio podría afectar tanto a las oportunidades comerciales como a los precios de exportación", subraya.
Desde la óptica de ultramar, el retraso en el inicio de la campaña marroquí no se ha traducido en una falta de oferta, puesto que el punto álgido de la demanda europea coincide con la bajada de las temperaturas, de diciembre en adelante. Según la exportadora, "la demanda de frutas y hortalizas marroquíes seguramente fluctúe en función de las condiciones del mercado y de la deriva meteorológica en Europa. Algunos mercados tal vez hayan reaccionado más favorablemente al aumento tardío de las exportaciones marroquíes, mientras que otros, posiblemente los que cuentan con cadenas de suministro alternativas, tal vez lo hayan hecho con más lentitud. Es esencial analizar las tendencias concretas de cada mercado para saber qué mercados están funcionando bien y cuáles van rezagados".

Baibane continúa: "Dadas las circunstancias particulares de esta temporada, los precios han variado considerablemente en comparación con el año pasado. Al principio, la sobreoferta en el mercado europeo y la caída de la demanda se tradujeron, por lo general, en un descenso de los precios. Sin embargo, conforme avanza la temporada y sube la demanda, los precios se recuperan y están superando los niveles del año pasado".
"En resumidas cuentas, el sector agrícola, en particular en el contexto de las exportaciones, debe adaptarse constantemente a las consecuencias impredecibles del cambio climático, equilibrando la dinámica de la oferta y la demanda y, al mismo tiempo, sortear los retos logísticos y del mercado", concluye la exportadora.
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