Puede pasarse por alto lo importante que es el ajo como ingrediente de platos de todo el mundo, afirma Agata Czyzewska-Ziarnik, especialista en compras del comerciante polaco de ajos Falcon. A menudo no somos conscientes de que productos alimentarios como embutidos, salchichas, charcutería y productos precocinados se condimentan con ajo y perderían gran parte de su sabor si no se añadiera este ingrediente. Tampoco el sector de la restauración y la mayoría de los que trabajan en cocinas privadas pueden imaginar cocinar sin ajo".

En el mercado actual puede resultar difícil conseguir ajo en Europa, explica Czyzewska-Ziarnik. Sobre todo, desde que el principal productor europeo tuvo que hacer frente a unas condiciones meteorológicas extremas. "El principal productor de ajo en Europa es España, pero este año lo ha tenido muy difícil debido a las inundaciones, que destruyeron muchas cosechas. Cuando preguntamos por los ajos de los calibres más deseados, recibimos información sobre la falta de mercancía u oferta con un precio de compra, comparable al precio de venta en los supermercados europeos. Algunos países, como Polonia, tienen cosechas nacionales de ajo, pero no pueden satisfacer sus propias necesidades, y mucho menos exportar".
Para conseguir el ajo que la gente sigue necesitando, los importadores miran al extranjero, según Czyzewska-Ziarnik. "Por esta razón, muchas empresas han recurrido a China y Sudamérica para cubrir sus necesidades de ajo. Importar ajo de China es una solución bastante asequible, pero sobre todo a escala industrial, es decir, para la producción de alimentos y la restauración. Esto se aplica en menor medida a los hogares, porque en algunos países europeos existe la idea errónea de que todo lo chino, incluido el ajo, es de baja calidad".

Según Czyzewska-Ziarnik, se prevé que la demanda de ajo se dispare a medida que se acerquen las fiestas. "Estamos a principios de diciembre y la Navidad se acerca rápidamente. En Europa se celebra en familia compartiendo mesa, y por tanto es la época de mayor producción de alimentos del año. Esto permite a los distribuidores que aún tienen ajo subir sus precios más allá de la rentabilidad de la compra y la producción, pero los productores de alimentos tienen que comprar el producto".
"Como ya se ha mencionado, Europa también ha recurrido a Sudamérica, especialmente a Chile, pero teniendo en cuenta que el ajo debe limpiarse y prepararse para el transporte, podemos esperar los primeros cargamentos a mediados de diciembre. Esto significa la entrega en Europa a mediados de enero. Una opción de entrega tan tardía, después del pico de producción navideño, no se traduce en una menor demanda. El ajo es un vegetal que, bien almacenado, puede conservarse hasta un año. Por eso, los países europeos se abastecerán y esperarán con impaciencia las previsiones meteorológicas de España y la cosecha española de mayo y junio", concluye Czyzewska-Ziarnik.

Para más información:
Agata Czyzewska-Ziarnik
Falcon
Tel.: +48 605 586 769 (Polonia)
Tel.: +34 605 976 548 (España)
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