Las plantaciones de peras de la región del Valle apuntan a una producción irregular, con zonas con niveles estables de carga, y otras en las que se ven caídas que llegan hasta el 30% respecto al año previo; pero con fruta de buena calidad.
Un técnico de una destacada empresa regional, al abordar el tema, señaló que la primavera fue “atípica”, con “factores que jugaron en contra de un buen cuaje y eso terminó por afectar los volúmenes esperados en algunas áreas productivas”. Esto conllevará un retraso de la cosecha de al menos cinco días debido a cambios en los estados fonológicos de la planta.
Sin embargo, a diferencia del año pasado, para esta temporada se espera una pera con un alto grado de calidad, a pesar de que en ciertas áreas del valle los vientos fuertes de la última semana causaron daños en la fruta. Sin embargo, no todas las explotaciones se vieron afectadas, y la técnica de poda desempeñó un papel crucial en la resistencia de la fruta al viento.
En resumen, se espera una producción dentro del promedio de los últimos años, pero con una característica diferencial importante: la calidad destacada en el campo hasta la fecha. No obstante, es crucial no adelantarse, ya que aún quedan dos momentos críticos en el sector: las tormentas de granizo y las altas temperaturas previas a la cosecha.
Cabe recordar que la cosecha pasada de peras fue muy abundante, sin embargo, fue uno de los peores años en calidad presentada.
Para la temporada que se inicia, la pera del Valle de Río Negro y Neuquén tiene un horizonte comercial totalmente distinto al del año pasado. La buena calidad de la producción sumada a la potencial mayor demanda de peras proveniente de Europa, son dos factores clave para pensar que este puede ser un cambio de tendencia para lo que fueron los últimos años comerciales del producto.
Fuente: lmcipolletti.com