El inicio de la temporada de lechuga italiana de invierno de 2023/2024 se está viendo marcado por una notable escasez. Normalmente, la lechuga puede empezar a cosecharse a partir de la última semana de octubre, pero este año el inicio de la temporada ha sido bastante complicado. "En general, septiembre fue agradable y cálido, pero en octubre hubo más variación, con fuertes lluvias seguidas de altas temperaturas. En consecuencia, la lechuga de producción al aire libre fue de mala calidad", informa Peter Mair, director de ventas de la cooperativa italiana Gruppo Mec.
La lechuga de invernadero también se vio afectada por las fluctuaciones de temperatura y la alta humedad. "Por un lado, las variedades seleccionadas no eran las más adecuadas para estas temperaturas, y además, los cultivos estuvieron expuestos a altos niveles de infestación de insectos y enfermedades fúngicas, hasta el punto de que la calidad del producto no era apta para exportación. Además, la producción nacional alemana se agotó antes que el año anterior, lo que desembocó en una falta de oferta y precios que, en algunos casos, aumentaron más del doble".
El mercado no comenzó a normalizarse hasta la segunda semana de diciembre, continúa Mair. A estas alturas, los precios ya se han estabilizado a un nivel normal. "Para Navidad y Año Nuevo no esperamos escasez. Si el tiempo continúa siendo favorable, Mec dispondrá de suficiente producto hasta mediados de enero al nivel de precios actual".
© Gruppo Mec
Se espera que la temporada termine en la segunda semana de abril. Hasta entonces, se prevé que habrá un suministro constante para exportación. "Los productores en el sur de Italia también han estado lidiando con mal tiempo, bajas temperaturas y pocas horas de sol en invierno. El cambio climático lleva varios años teniendo un impacto notable. El clima sigue siendo un factor clave para nuestra industria, dado que influye tanto en el cultivo como en los precios".
La lechuga italiana mantiene su liderazgo
Durante los meses de invierno, la lechuga italiana domina la oferta en el mercado alemán. Los volúmenes de cultivo se han mantenido estables durante años. "Aunque el producto belga es de muy buena calidad y cada pieza pesa más o menos lo mismo, su venta se realiza en subastas, lo que contribuye a una gran inestabilidad de los precios. Francia pierde terreno cada año, también como consecuencia de la venta en subastas y lo laborioso de la cosecha. España tiene potencial como productor de lechuga, pero en sus invernaderos todavía se cultivan principalmente tomates, pepinos y pimientos", concluye Mair.
Fotos: Gruppo Mec
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