Si bien en el norte de Europa algunas hortalizas de invierno como el puerro, las coles de Bruselas y el repollo están disponibles solo en cantidades limitadas y a precios altos, la demanda de hortalizas de campo abierto españolas no es muy elevada. "Al contrario", dice el holandés Thomas Bos, de Thomasol, quien desde Alicante presta servicios a mayoristas, retailers, importadores y exportadores mediante la compra y venta de frutas y hortalizas españolas. "De hecho, los precios de productos como la lechuga Iceberg y el brócoli están bajo cierta presión".
La disponibilidad de las hortalizas españolas es buena. "Y es que el invierno está siendo muy suave con un tiempo bastante estable. Después de que el pasado fin de semana las temperaturas bajaran un poco, ahora estamos disfrutando de nuevo de 22 grados centígrados, un tiempo demasiado cálido para esta época del año", cuenta Thomas. "A diferencia de muchos otros países, por lo tanto, no hemos tenido problemas meteorológicos, aunque la escasez de agua en algunas partes del país está complicando la agricultura".
"Normalmente, el frío frena la producción, pero como hace calor, la cosecha va a buen ritmo, lo cual está ejerciendo presión sobre los precios. En lugar de entre 1,60 y 1,80 €/kg, estamos recibiendo unos 1,20 €/kg en los Países Bajos por el brócoli. Si restamos los gastos del transporte, trabajamos muy por debajo del coste de producción. No me lo explico dada la escasa oferta en el norte de Europa. En años anteriores, si en Inglaterra se producía una lluvia fuerte, aquí en España notábamos casi inmediatamente un repunte en la demanda, pero este año parece que todo es diferente".
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Thomas Bos
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