Después de cinco temporadas de meticulosas pruebas y ensayos, este fruto del trabajo colaborativo entre el instituto de investigación y el consorcio Biofrutales, la variedad de uva chilena INIA-G4, está a punto de estrenar su nombre comercial, lista para conquistar a productores y empresas agrícolas en un momento de incertidumbre para la uva de mesa chilena.
Esta nueva variedad se perfila como una alternativa prometedora para reemplazar a la tradicional Thompson Seedless, que una vez reinó en los viñedos chilenos. A pesar de los desafíos que enfrenta la industria de la uva de mesa, desde la feroz competencia con Perú hasta los caprichos climáticos que reducen los rendimientos, los productores siguen buscando soluciones que les permitan sobrellevar la crisis.
La INIA-G4, siendo la primera variedad blanca desarrollada íntegramente en Chile, presenta características únicas que podrían ayudar a los productores a reducir costos laborales, ya que requiere menos intervenciones que otras variedades. Además, es vigorosa y productiva, resistente a los caprichos del clima, y ofrece una excelente poscosecha que supera los 60 días, según los expertos de INIA.
Su tono "verde crema" inicialmente generó ciertas dudas, pero las reuniones con importadores estadounidenses han demostrado que este color es un atributo distintivo en un mercado saturado de variedades blancas. Además, su sabor y su raquis más resistente “la hacen muy atractiva para los comercializadores”.
La INIA-G4 presenta calibres destacados y buenas características de poscosecha, lo que la convierte “en una opción muy competitiva”. Su ciclo de producción, aunque de media estación, es entre 5 y 7 días más temprano que el de la Thompson Seedless, lo que la hace aún más atractiva para los productores.
A pesar de todas estas ventajas, el momento recesivo del sector ha obstaculizado la adopción de esta nueva variedad. ANA Chile, licenciataria del programa genético, ha reducido los royalties y ofrece facilidades de pago para atraer a los productores, pero la incertidumbre prevalece. Sin embargo, algunos ensayos semicomerciales ya están en marcha, y se espera que el próximo año se cosechen las primeras cajas de uvas INIA-G4.
En un gesto audaz, la INIA-G4 ha cruzado fronteras y ha encontrado un hogar en Brasil, donde será cultivada en condiciones tropicales por el productor chileno Carlos Santana. Esta variedad de ciclo corto se adapta perfectamente a las condiciones del trópico, ofreciendo múltiples cosechas al año y brindando nuevas oportunidades tanto para los productores como para los consumidores.
Fuente: redagricola.com