Los días 6 y 7 de junio se reunió en Lleida (España) el grupo de contacto de fruta de pepita. Acogidos por Afrucat (Asociación Catalana de Empresas Frutícolas), sindicatos, asociaciones de organizaciones de productores y administraciones de España (ASAJA), Portugal, Italia (Assomela) y Francia se reunieron para hacer balance de la situación del sector e intentar encontrar soluciones para los problemas comunes. Hablamos con Pierre Venteau, director de la Asociación Nacional de Manzanas y Peras (ANPP), Francia, que estuvo allí con la FNPFruits.
Preocupaciones comunes, pero "una presión superior en Francia"
En los cuatro países, "las preocupaciones son exactamente las mismas, ante todo las de la defensa de los medios de producción": el acceso al agua para hacer frente a los riesgos climáticos (regadío, protección contra las heladas), la desaparición progresiva de los principios activos y la renovación generacional, consecuencia de una falta de visibilidad y de una remuneración demasiado incierta en la profesión. Sobre estos tres puntos, "sin una solución, el sector europeo podría desaparecer", advierten las organizaciones. En Francia, con todo, la cuestión de los productos fitosanitarios es especialmente preocupante. ¿El motivo? Hay un exceso de normas y prohibiciones. "La presión en Francia es mayor que en los otros tres países. Además, tenemos la sensación (Italia ya lo percibía) de que nuestros compañeros españoles y portugueses han tomado conciencia del callejón sin salida en el que nos encontramos", explica Pierre Venteau, director de la ANPP.
Prioridad a los principios activos
Por el momento, se da prioridad a los principios activos. Por eso, los trabajos del grupo de contacto se centrarán en primer lugar en: el principio de reconocimiento mutuo automático, para que un producto que se utilice en un país europeo pueda autorizarse de forma automática en las mismas condiciones en otro país productor de la misma zona; y el procedimiento de evaluación de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) en caso de retirada de un principio activo, para que se realice también un estudio de impacto económico para cada sector antes de cualquier retirada, ya que actualmente la agencia solo evalúa los aspectos sanitarios y medioambientales.
¿Cuáles serán las próximas etapas?
"Los principios se han validado con el grupo de contacto, así que ahora tenemos que formular de manera concreta nuestras reivindicaciones para estas dos vías y después remitir el asunto a nuestras respectivas administraciones nacionales para que nuestros poderes públicos lleven el tema a nivel europeo", explica Pierre Venteau, que también espera que "nuestros nuevos eurodiputados se impliquen en nuestras solicitudes".
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