En el contexto de la pertinaz sequía que azota Marruecos desde hace años, la producción de sandías se ha visto afectada por restricciones en varias regiones, que van desde la limitación de la superficie en zonas como Zagora hasta la prohibición pura y simple en Tata. Según el productor local Moulay Ahmed Errahmani, la ausencia de Tata del mercado representa una pérdida de 110.000 toneladas de volumen anual de sandías.
© Moulay Ahmed
Los productores de la región han pedido a las autoridades locales que levanten la prohibición esta temporada, sin éxito. Errahmani explica: "Los productores mantienen un diálogo constante con las autoridades locales. Ha habido peticiones para que se levante la prohibición este año, sobre todo después de las generosas lluvias que ha recibido el país recientemente, pero las autoridades nos han dicho que esperemos".
"Nos instan a que esperemos a ver cómo evoluciona la situación de las lluvias y a que la capa freática se recupere. En cualquier caso, es demasiado tarde para plantar sandías esta temporada, y ya veremos cómo resulta la próxima", prosigue Errahmani.
Desde el año pasado, los agricultores de la región se han dedicado a otros cultivos, y la transición está yendo bastante bien, según Errahmani. Y añade: "La mayoría de los productores han plantado cebollas, calabacines, tomates y otras hortalizas. La superficie plantada de hortalizas ha alcanzado este año las 300 hectáreas en la región de Tata, superando las 140 hectáreas que dedicábamos a plantar sandías. Abastecemos el mercado local, y algunos productores incluso exportan, sobre todo los que cultivan tomates. Diría que la adaptación va bastante bien".
Según otras declaraciones, los volúmenes de sandías previstos para esta temporada en otras regiones del país deberían ser superiores a los de la temporada pasada, sobre todo en las regiones de Zagora, Agadir, Chichaoua, Marrakech, Beni Melal, Garb, Mequinez y Larache.
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Moulay Ahmed Errahmani
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