El sector español del ajo estrena portavoz. José Carlos Patiño, presidente de la cooperativa de segundo grado Coopaman —con sede en Las Pedroñeras (Cuenca)—, ha sido elegido presidente de la Mesa Nacional del Ajo, el órgano que agrupa a productores y comercializadores de todo el país y que tiene en Castilla-La Mancha su corazón productivo.
Su nombramiento llega "en un momento de crisis y transformación", reconoce Patiño en una entrevista concedida a Agroalimentaria. La superficie dedicada al bulbo ha caído de 30.000 a unas 23.000-24.000 hectáreas en apenas un lustro y las restricciones sobre fitosanitarios dejan sin defensa a los agricultores ante hongos y plagas. "Hay parcelas con un 30% de merma ya en la nascencia; al final esos son kilos que se pierden", advierte Patiño.
A esta presión sanitaria se suma la tormenta que sacude a buena parte del campo español: envejecimiento del agricultor, exceso de burocracia, escasez de agua y mano de obra fugaz. Implantar una hectárea de ajo exige alrededor de 12.000 euros y cientos de horas de trabajo. "Falta mucha mano de obra, cada vez es menos profesional y se encarece muchísimo", lamenta.
El agua condiciona además los arrendamientos, práctica habitual entre los "ajeros". Gracias a la nueva PAC, el monocultivo de ajo puede acogerse por primera vez a determinados ecorregímenes, pero muchos propietarios recelan de ceder derechos, lo que dispara las rentas. "Más que por la tierra, lo que estás comprando es agua", resume el dirigente.
La joya del sector, el ajo morado con Indicación Geográfica Protegida Las Pedroñeras, se lleva la peor parte. Produce hasta "un 50% menos de rendimiento que un ajo Spring" y sufre mayor presión de enfermedades, explica Patiño, lo que desanima a los jóvenes. No habla de desaparición, pero sí de "merma constante".
Los dos últimos ejercicios han sido, con todo, los mejores en años para el bolsillo de los productores: la escasez interna ha elevado las cotizaciones y disparado las importaciones de Argentina, Chile o Egipto. De cara a la nueva campaña, ya iniciada en Andalucía y a punto de arrancar en Castilla-La Mancha, el presidente pinta un escenario irregular: buenas expectativas en Valladolid y Soria, calibres más pequeños en el sur por la primavera fresca y daños de pedrisco en algunos rincones manchegos. "En general la calidad será buena y los precios estarán altos, incluso mejores que el año pasado", pronostica.
Patiño releva al histórico Julio Bacete con una hoja de ruta inmediata: recuperar superficie, lograr herramientas para combatir los hongos y negociar una solución estable al agua. "Intentaremos que nos den medios para hacer lo que sabemos", concluye.
Fuente: eldiario.es