En menos de una semana comenzará la cosecha de la patata nueva en la zona de Guà, en el norte de Italia, en la frontera entre las provincias de Verona, Vicenza y Padua.
© Associazione AgiguàEntre las organizaciones locales que la cultivan y comercializan está Agiguà (Agricoltura Giovani del Guà), una asociación con 78 miembros, de los cuales cerca del 30% tienen menos de 40 años, que suman un total de más de 1.000 hectáreas (50.000 toneladas de patatas cosechadas). La superficie media de las explotaciones de los socios es de 15 hectáreas.
"Los arranques continuarán al menos hasta la tercera decena de julio. De los muestreos realizados, podemos decir que en los últimos años nunca habíamos tenido una calidad de tubérculos tan alta como esta temporada. Así, a pesar de un descenso del 20% en los rendimientos, la producción es superior en calidad, gracias al tiempo favorable, con abundantes precipitaciones y temperaturas suaves registradas en abril y mayo. Los suelos rojos atravesados por el río Guà confieren a este tubérculo unas características organolépticas inigualables", de acuerdo con el análisis de los agricultores de Agiguà.
La variedad principal es la Colomba, presente en varias regiones italianas. "Nos caracterizamos por ser la primera zona en suministrar un producto italiano que, además, es ideal para la conservación en frío, gracias a la presencia de materia seca en los tubérculos, lo que alarga enormemente su vida útil".
Las principales características de estas patatas son su piel fina y dorada, su forma redondeada, su pulpa amarilla y su tamaño medio, que oscila entre 45 y 85 mm de diámetro, además de ser ideales para todos los usos en la cocina.
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Sin embargo, el sector se enfrenta a importantes retos relacionados con los costes de producción, que siguen aumentando considerablemente en comparación con años anteriores. Según los operadores miembros de Agiguà, un ejemplo concreto es el coste de las semillas, que ha pasado de 1.200 euros/tonelada en 2020 a casi 2.000 euros/tonelada. Los costes totales de producción ascienden a unos 14.000 euros/hectárea.
El principal canal de venta de la asociación parece ser la compra del producto por parte de comerciantes e intermediarios, repartidos por toda Italia. Las patatas se compran directamente a nivel local y también llegan a mercados extranjeros como Francia, Alemania y España, sobre todo cuando escasea la oferta en el extranjero. "También para el año 2025, como en los dos años anteriores, el precio de venta no puede ser inferior a 0,50 euros/kg. La presión de la gran distribución es fuerte y presiona a la baja las cotizaciones, como en todas las partidas hortofrutícolas, obligando a los comerciantes a exigir precios más bajos en el campo", señala el operador.
Esta es una situación que genera preocupación por el futuro del cultivo. "Todo esto, a la larga", apuntan los agricultores de Guà, "se traduce en un desinterés general por el cultivo de la patata, generando el riesgo de que se marchen agricultores que consideren que esta actividad ya no es rentable. A esto se añade la falta de ayudas públicas específicas para la patata, a diferencia de otros cultivos como el maíz o el tomate de transformación".
Para más información:
Agiguà - Agricoltura Giovani del Guà
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