En mayo, la lechuga registró la mayor caída de precio entre los alimentos relevados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), con un descenso del 25,3% hasta alcanzar un valor promedio de $3020,43 por kilo. La disminución se atribuye a un incremento en la oferta y una baja en el consumo, según señalaron diversos actores del sector frutihortícola a La Nación.
Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación Frutihortícola de Productores y Afines de General Pueyrredón, explicó que en este período coincide la producción de múltiples regiones del país, como Mar del Plata, Corrientes y Mendoza, lo que genera un exceso de oferta. "Es un momento donde hay lechuga en casi todas las regiones", afirmó.
El fenómeno es estacional: cuando las zonas productoras no logran coordinar el recambio entre cosechas, los precios tienden a subir por escasez. "Por ejemplo, si la cosecha de Mar del Plata termina en abril y la de Corrientes se retrasa, hay un bache sin producción que impacta en el valor", agregó Velimirovich.
Guillermo Beckmann, presidente de la Sociedad de Quinteros de Santa Fe e integrante de CAME, coincidió con este análisis y destacó que las condiciones meteorológicas favorecieron una producción abundante, mientras que el consumo de lechuga cayó en torno al 50%. "Con el cambio de estación, se prefiere el consumo de brócoli o coliflor", explicó.
No obstante, esta tendencia ya muestra signos de reversión. Oscar Liverotti, jefe de Información y Estadística del Mercado Central, confirmó que en los últimos días la lechuga comenzó a encarecerse. "Con la llegada de los primeros fríos, la planta demora más en desarrollarse y hay menos oferta disponible", sostuvo. Además, señaló que en invierno disminuye el consumo de ensaladas, lo que también incide en el comportamiento del mercado. "Es probable que suba el precio en verdulerías, aunque si el consumo se frena, los valores podrían volver a bajar", advirtió.
En cuanto al limón, el precio cayó un 23% el mes pasado y se ubicó en $1361,36 el kilo. Según José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), esta baja responde a factores estacionales: entre abril y septiembre se concentra la mayor cosecha, y gran parte del limón que no logra ser exportado se vuelca al mercado interno.
Carbonell detalló que solo alrededor del 30% de la fruta cosechada cumple con los estándares de exportación. El resto se descarta durante el proceso de empaque, especialmente cuando la fruta ya fue encerada y tratada con antifúngicos, lo que impide su redestinación a la industria. "Ese limón, aunque sea de muy buena calidad, no tiene precio en el mercado interno porque en invierno baja el consumo y la oferta es abundante", explicó.
El titular de Federcitrus anticipó que esta situación se mantendría al menos hasta octubre, cuando podría comenzar una suba. "Algunos años incluso se ha tenido que importar limón, como ocurrió el año pasado, y otros en los que el precio se incrementa levemente si hay excedente local", concluyó.
Fuente: lanacion.com.ar