La papple, una fruta única, se parece visualmente a una manzana, pero su sabor es similar al de una pera asiática (de ahí su nombre, que combina el término "pear", que en inglés significa "pera", con "apple", "manzana". Esta fruta, originaria de Nueva Zelanda, se desarrolló mediante una hibridación de peras europeas y asiáticas. Creada por Plant and Food Research, esta fruta pretende combinar la jugosidad y la crocancia de la pera asiática con el dulzor floral de la variedad europea. La fruta se comercializa como PremP109 y entró en el mercado en 2012.
Prevar Ltd gestiona la comercialización y distribución de papple junto con socios como Associated International Group of Nurseries (AIGN). La fruta ha entrado a formar parte de los mercados de productos de primera calidad en regiones como Europa, Asia y Estados Unidos.
Los primeros esfuerzos por introducir la fruta en los mercados internacionales se basan en su cultivo en Nueva Zelanda. En el Reino Unido, Marks and Spencer contribuyó a acuñar el nombre de papple por su aspecto similar al de una manzana, lo que contribuyó a su éxito de ventas. El atractivo de esta fruta se extiende ahora por varios mercados mundiales.
Esta fruta se distingue por su forma de manzana y su coloración, marcada por una piel roja anaranjada con sutiles tonos amarillos. En su interior, la pulpa es crujiente y de color marfil, con un sabor dulce y floral parecido al de la pera.
El consumo de papple no solo responde a sus atributos sensoriales, sino también a los beneficios que supuestamente ofrece para la salud. La fruta se describe como baja en calorías y fuente de vitamina C y potasio, que pueden contribuir al sistema inmunitario y a la función muscular, respectivamente. También contiene antioxidantes, que se cree que ayudan a la protección celular.
Para usos culinarios, la papple puede consumirse fresca o incorporarse a ensaladas. Ofrece versatilidad en la preparación, sirviendo como ingrediente en tartas y pasteles o combinada en bebidas. Además, complementa proteínas como el cerdo, proporcionando una fusión de sabores.
Las recomendaciones de conservación aconsejan mantener la papple inmadura a temperatura ambiente hasta que ceda ligeramente. Una vez madura, se aconseja refrigerarla para prolongar su frescura; lo ideal es consumirla en el plazo de una semana para disfrutar del mejor sabor.
Fuente: Times Now
