Cinco años después de su llegada al mercado ibérico, Princesa Amandine prevé mantener en 2025 la misma cifra de comercialización alcanzada este año: 7.000 toneladas, lo que supone quintuplicar los registros de su primer ejercicio en 2020, cuando distribuyó 1.500 toneladas.
Desde entonces, la superficie dedicada al cultivo de esta variedad de patata se ha multiplicado casi por cuatro, pasando de 40 hectáreas en 2020 a 150 hectáreas en la actualidad. La producción se lleva a cabo en fincas situadas en Sevilla, Murcia, Valladolid, Álava y Silveira Torres Vedras (Portugal), gracias a la colaboración entre los socios Udapa, Ibérica de Patatas, GV El Zamorano y Campotec.
El director general de la firma, Jean Michel Beranger, destaca la capacidad de adaptación al mercado como una de las claves del crecimiento. "En la actualidad, la marca representa entre el 3% y el 5% de la cuota de valor en patata fresca en muchos de los distribuidores donde está presente, y supera el 10% en aquellos que apuestan decididamente por la enseña. En total, la patata Amandine se encuentra en 19 cadenas de distribución de la península ibérica".
Amandine se proyecta como una marca monovarietal, lo que le permite ofrecer una experiencia homogénea al consumidor durante todo el año, aunque con ciertos retos productivos. "Crear una marca monovarietal genera valor, porque garantiza el mismo sabor y calidad todo el año, pero también implica dificultades, especialmente cuando no alcanzamos el nivel de calidad exigido. En esos casos, preferimos pausar con el cliente y retomar con la patata nueva", explica Beranger.
En ese sentido, la campaña de 2025 ha arrancado en mayo con el lanzamiento de la patata nueva de origen nacional y portugués, cultivada en las 150 hectáreas actuales.
A nivel internacional, la compañía abre este año un nuevo mercado estratégico en Bélgica, con el propósito de ampliar su presencia en Europa y responder a la demanda de variedades diferenciadas con trazabilidad continua. "Nuestro enfoque internacional responde a la madurez del modelo ibérico y a una demanda creciente por productos únicos disponibles todo el año. El consumidor europeo valora cada vez más el origen, la trazabilidad y la experiencia gourmet", subraya Beranger.
Fuente: revistainforetail.com
