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Especial Georgia. Séptima entrega

Ventana de exportación favorable para el desarrollo del sector del arándano

Los arándanos siguen disfrutando de un fuerte auge en los mercados europeos y otros mercados de renta alta. Aunque los picos estacionales pueden provocar a veces un exceso de oferta, es poco probable que Georgia se resienta, pues, con una campaña de cosecha que va de mediados de mayo a mediados de julio —que este año se ha retrasado un poco debido a las condiciones meteorológicas—, el país se encuentra en una situación ventajosa para evitar los picos de congestión del mercado.

El cultivo comercial de arándanos en Georgia comenzó hace relativamente poco tiempo, y las primeras plantaciones en la parte occidental del país se remontan a 2011. Según la Asociación de Agricultores de Georgia (GFA), el año pasado se cosecharon unas 6.000 toneladas en más de 3.000 hectáreas. Las estadísticas gubernamentales de Geostat muestran que se exportaron 4.564 toneladas, principalmente a Rusia, pero también a Alemania, Polonia, EAU y otros mercados. Con la entrada gradual en plena madurez de más plantaciones, se espera que las cosechas se eleven a 15.000 toneladas o más en los próximos años.

Un mercado en crecimiento
Este crecimiento coincide con las oportunidades que ofrece Europa, donde el consumo medio per cápita en 2023 será de 0,7 kg, lo que deja un amplio margen de expansión en comparación con Canadá (1,2 kg) y EE. UU. (2,9 kg), según la IBO Summit 2023. Es un optimismo que no solo obedece al aumento de la demanda, sino también a la estratégica ventana de cosecha de Georgia.

© Colibri Ltd.

Con una producción que va de mediados de mayo a mediados de julio, Georgia evita la competencia directa con España (57.670 toneladas en 2023) y Marruecos (48.000 toneladas exportadas a Europa), cuyas campañas suelen terminar a finales de mayo. También se adelanta a grandes productores como Polonia (61.900 toneladas) y Alemania (15.320 toneladas), cuyos volúmenes no aumentan hasta más avanzado el verano. No obstante, en este periodo sigue habiendo competencia, sobre todo de Serbia (53.010 toneladas), Portugal (19.050 toneladas) y los Países Bajos (7.780 toneladas), según datos de Eurostat.

Aunque muchas explotaciones georgianas siguen siendo reducidas —menos de una hectárea—, ya hay más de 50 productores que gestionan parcelas de más de 10 hectáreas. También se están desarrollando varios proyectos a gran escala. Uno de los productores medianos es Colibri, regentado por Giorgi y Ana Inashvili, padre e hija respectivamente, cerca de Kutaisi, la segunda ciudad más grande de Georgia. La familia cultiva arándanos en 17 hectáreas en campo abierto y otras 3 hectáreas en macetas.

Pasión por los arándanos
Colibri no surgió de un entorno agrícola tradicional; todo lo contrario: el padre de Ana no tenía experiencia en horticultura cuando decidió montar una explotación de arándanos. "Le encantaba la buena comida y estar en la naturaleza", explica Ana. "Probó los arándanos y pensó: ¿por qué no cultivarlos nosotros aquí mismo?".

© FreshPlaza
Ana Inashvili y su padre Giorgi inspeccionando la cosecha de arándanos a principios de junio.

Varios programas gubernamentales ayudaron a hacer realidad esa idea espontánea. A través de la iniciativa "Plantemos el futuro", el Ministerio de Agricultura de Georgia destinó más de 53 millones de GEL (unos 17 millones de euros) en subvenciones para apoyar más de 2.800 hectáreas de cultivo de arándanos en regiones como Guria, Samegrelo, Adjara e Imereti. USAID también desempeñó un papel en el largo plazo para ayudar al joven sector a echar raíces. "Había oportunidades que aprovechar", recuerda Ana.

Experiencia europea, plantas francesas
Decidido a hacerlo bien, el padre de Ana viajó a los Países Bajos para estudiar técnicas de cultivo modernas, visitó ferias agrícolas por toda Europa e incluso realizó un análisis del suelo en una parcela próxima a una plantación existente de GEO Organics. A continuación compró 20 hectáreas de terreno y realizó su primer pedido de plantas de arándanos a Francia.

© FreshPlaza
Colibri Ltd. cultiva arándanos en 17 hectáreas en campo abierto y otras 3 hectáreas en macetas.

En la actualidad, la explotación cultiva cuatro variedades —Colibri, New Hanover, Star y Duke— de producción temprana y tardía que permiten una recolección escalonada a lo largo de junio. "Si el tiempo coopera, empezamos a recolectar a finales de mayo. Pero este año ha sido frío y húmedo, así que llevamos al menos una semana de retraso", señala Ana. "Aunque nuestras plantas en maceta suelen darnos diez días de ventaja".

Agua de las montañas
Uno de los mayores retos para los productores de arándanos de Georgia es el clima. Las tormentas, la lluvia durante la polinización y las olas de frío inesperadas pueden afectar a la producción. Pero lo que no les falta es agua. Colibri se abastece de su propio embalse, alimentado por el agua de deshielo de las montañas del Cáucaso a través del río Rioni, que atraviesa Kutaisi. Todas las bayas se recogen a mano para garantizar la máxima calidad y evitar dañar los delicados racimos. "Podemos cosechar hasta 8 toneladas por hectárea, según la variedad y la temporada", dice Ana.

Rusia y más allá
Por ahora, la mayor parte de los arándanos de Colibri se venden a Rusia. "Los compradores vienen directamente a la explotación a recoger la fruta, incluso antes de clasificarla", explica Ana. Rusia cultiva muy pocos arándanos, por lo que los productores georgianos tienen poca competencia. Los precios suelen ser más altos que en la UE, pero sigue siendo un mercado impredecible. ¿Y si mañana se cierra la frontera?

© Colibri Ltd

Por eso Colibri —y muchos otros productores georgianos— trabajan en un plan B. Ya se han realizado envíos a los Emiratos Árabes Unidos, y se está negociando la apertura de nuevos mercados en la India, Hong Kong y Singapur. La UE también resulta cada vez más atractiva. "Este año, los precios de exportación de la UE podrían superar a los de Rusia", declaró Tornike Pajavidze, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de Georgia, en una entrevista reciente.

Una mirada al futuro
Exportar a la UE exige certificación. "Elegimos GlobalGAP a propósito", indica Ana. "No es necesario para Rusia, pero nos empuja a mantener unos estándares elevados... y nos abre la puerta a Europa". Al mismo tiempo, el mercado nacional sigue siendo una opción a largo plazo. El consumo local aún está en sus inicios y se necesitan grandes esfuerzos promocionales para dar a conocer esta superfruta azul entre los georgianos.

Con todo, Ana no pierde el optimismo: "El sector es joven, pero avanza rápido. En Colibri ya estamos planeando expandirnos en dos años. La demanda crece, y nosotros también".

Para más información:
Ana Inashvili
Colibri Ltd.
Sayulia, Tskhaltubo (Georgia)
Tel.: +995 598 444 474
[email protected]

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