En un contexto global marcado por el auge de los alimentos funcionales y saludables, el arándano rojo (Vaccinium macrocarpon), conocido internacionalmente como cranberry, está cobrando protagonismo en la industria agroalimentaria. Aunque su cultivo se ha concentrado históricamente en América del Norte, en los últimos años ha crecido el interés por diversificar su producción y ampliar su presencia en nuevos mercados. En ese escenario, Chile se ha posicionado como el único país de América Latina con producción comercial significativa, marcando un avance importante en la expansión de este cultivo.
Actualmente, la producción mundial de arándano rojo sigue fuertemente concentrada en dos países: Estados Unidos, que aporta más del 60% del total, y Canadá, con cerca del 30%.
Chile se ha convertido en el único país latinoamericano con una producción comercial relevante de arándano rojo. Factores como los suelos ácidos del sur del país, una buena disponibilidad de agua, un clima templado y la sólida experiencia chilena en exportación de fruta han sido claves para este desarrollo. Aunque la superficie aún es limitada, el interés por incorporar el cultivo al portafolio frutícola va en aumento, impulsado por el éxito exportador del arándano azul chileno.
Además del entorno natural favorable, Chile cuenta con una infraestructura exportadora avanzada y acuerdos comerciales con más de 60 países, entre ellos Estados Unidos, la Unión Europea, China y Japón. Estas condiciones facilitan el acceso a mercados de alto valor, especialmente en el segmento de productos procesados.
A diferencia de otros berries, el arándano rojo no se consume habitualmente en fresco debido a su sabor ácido y astringente. Más del 90% de la producción mundial se destina a la agroindustria, en formatos como jugos, concentrados, fruta deshidratada, purés, extractos y cápsulas. El jugo de arándano rojo, por ejemplo, se ha popularizado como suplemento natural para la prevención de infecciones urinarias, mientras que los deshidratados se utilizan en panadería, snacks y chocolates. Por su parte, los extractos y polvos estandarizados han ganado espacio en la industria nutracéutica y farmacéutica.
En el caso chileno, la industria ha orientado su producción hacia la exportación de fruta congelada, jugos y productos deshidratados, tanto a granel como en formatos listos para el consumidor, con destinos principalmente en Asia, Europa y América del Norte.
Pese al avance logrado, el desarrollo del arándano rojo en Chile enfrenta varios retos. Uno de ellos es la necesidad de adaptar las variedades norteamericanas a las condiciones locales, lo que exige una mayor inversión en investigación. También se requiere una mayor tecnificación de los sistemas de riego y cosecha, especialmente en lo que respecta a métodos de inundación y drenaje, poco utilizados en el país. Otro punto clave es la articulación entre productores y agroindustria para asegurar un flujo constante de procesamiento y exportación. A esto se suma la necesidad de campañas de promoción internacional que posicionen al arándano rojo chileno como un producto funcional, trazable y de alta calidad.
Fuente: masp.lmneuquen.com