El sector nacional del melón y la sandía progresa con una expansión de la superficie de cultivo. En 2024, el cultivo de sandía aumentó un 10%, alcanzando las 3.700 hectáreas, mientras que el de melón creció un 15%, hasta casi 500 hectáreas. El condado de Békés se sitúa a la cabeza, con 1.320 hectáreas dedicadas a estos cultivos, y la región oriental de Hungría, con 1.350 hectáreas.
Los daños causados por las heladas primaverales provocaron un cambio en la producción, lo que animó a los agricultores a plantar, sobre todo melones, para mitigar los riesgos. La cosecha prevista podría alcanzar las 170.000-180.000 toneladas, superando las necesidades de consumo interno de 110.000-120.000 toneladas. Este excedente sitúa a los melones y sandías húngaros en una posición ventajosa para la exportación.
A nivel internacional, el mercado se mantiene estable pero competitivo, con una mayor presencia de productores marroquíes junto a competidores tradicionales como España e Italia. Este escenario pone de relieve el papel de las colaboraciones entre productores y el fortalecimiento de las organizaciones de productores para mantener y potencialmente ampliar la presencia en el mercado.
Las variaciones de precios son notables: algunos supermercados ofrecen sandías a tan solo 265 forintos (unos 0,74 dólares), mientras que en otros puntos de venta los precios oscilan entre 800-1.200 forintos por kilo (2,25-3,37 dólares), lo que equivale a 10.000-12.000 forintos para las piezas más grandes. Esta variación podría reflejar los distintos orígenes, calidades y tamaños de los productos, así como la fijación estratégica de precios al principio de la temporada.
Los productores prevén precios más estables y asequibles en la segunda mitad del verano, a medida que aumente la oferta local.
Fuente: Trade Magazin