Mientras que la temporada española del melón ha llegado a su fin, la francesa no ha hecho más que empezar. "España ha terminado tarde este año. Este retraso penaliza un poco las ventas, ya que empezamos la campaña francesa hace unos veinte días en el sureste del país y hace unos diez días en el suroeste", informa Joël Boyer, de la empresa con su mismo apellido. Pero al final, este "cruce" de campañas debería ir bien, a pesar del retraso en España: "Mientras que el suroeste y el centro-oeste van un poco por delante del año pasado, en el sureste los melones se plantaron en condiciones difíciles, lo que provocó un salto de 15 días en el cultivo. Como consecuencia, la plantación se ha ralentizado, lo que en realidad es bastante afortunado a la vista del retraso español".
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La campaña francesa comienza bien
Si bien los volúmenes en el suroeste siguen siendo limitados al comienzo de la campaña, las cosechas se intensificarán rápidamente. "A partir de mediados de julio, los volúmenes deberían acercarse a los normales para la temporada, mientras que el producto de origen español habrá desaparecido completamente del mercado. Así pues, el mercado debería mantenerse equilibrado, sobre todo si aguanta el buen tiempo, motor del dinamismo del consumo". Desde el punto de vista cualitativo, la campaña francesa también parece que va a empezar con buen pie: "A diferencia del año pasado, que fue muy lluvioso, no hemos tenido problemas de mildiú, por lo que este año aspiramos a una calidad homogénea. Los melones también se han beneficiado de mucho sol y eso ha favorecido la calidad de las frutas, rebosantes de azúcar".
"Esperamos que nuestros compradores sigan haciendo su parte"
Aunque el inicio de la campaña parece prometedor desde todos los puntos de vista, Joël Boyer tiene una reserva en el plano comercial: "El único inconveniente del inicio de la campaña es la presión persistente que ejercen los compradores, a pesar de la fluidez del mercado. Es absolutamente vital que el mercado se mantenga equilibrado y que los precios no caigan por debajo de lo que se ofrece actualmente. Si lo hacen, corremos el riesgo, como el año pasado, de caer en una zona crítica de falta de rentabilidad, con importantes consecuencias económicas para los productores. No podemos permitirnos volver a pasar por esta situación este año, perder dinero dos años seguidos no es serio. Sin embargo, seguimos siendo positivos, y creemos que todo el trabajo realizado por AIM durante el invierno está dando sus frutos, que nuestros compradores conocen bien los precios que se pueden cobrar, y que seguirán haciendo su parte".
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Joël Boyer
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