La Confederación Nacional de Productores de Papa (Conpapa) ha reiterado su estado de alerta ante dos problemáticas que, a su juicio, amenazan la estabilidad del sector en México: los riesgos fitosanitarios vinculados a la importación de papa desde Estados Unidos y los cobros retroactivos aplicados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a agricultores nacionales.
Según Gildardo González Saldívar, presidente de Conpapa, la preocupación del gremio no se centra en la competencia comercial, sino en la posible introducción de enfermedades cuarentenarias a través de las importaciones estadounidenses. "Nuestro objetivo principal siempre ha sido la fitosanidad", subrayó, al advertir que Estados Unidos registra enfermedades que no están presentes en el campo mexicano.
La intensificación de las importaciones de papa desde EE. UU., particularmente durante la gestión del exembajador Ken Salazar, ha provocado que los productores mantengan una vigilancia constante. González Saldívar advirtió que permitir el ingreso de enfermedades podría tener consecuencias graves no solo para la papa, sino también para otros cultivos de la familia solanácea —como el tomate, el chile y la berenjena— que son fundamentales para las exportaciones agrícolas del país.
Cabe destacar que las exportaciones agroalimentarias mexicanas han mostrado un crecimiento notable, al pasar de 23.000 millones de dólares en 2018 a más de 50.000 millones en 2024.
Reclamos por tarifas eléctricas
Paralelamente, Conpapa ha denunciado una situación crítica respecto al suministro eléctrico para riego. Agricultores de estados como Coahuila y Nuevo León enfrentan cobros retroactivos por parte de la CFE correspondientes a 2023. La empresa argumenta que los productores no acreditaron correctamente los trámites necesarios para acceder al subsidio eléctrico.
"No ha habido solución al respecto", afirmó González Saldívar, quien señaló que los montos son "muy considerables" y han puesto en aprietos a numerosos productores. Aunque se mantiene el diálogo con el Gobierno Federal, aún no hay fecha para una posible resolución.
El dirigente indicó que, en ausencia de acuerdos, los agricultores se ven obligados a negociar y cubrir los adeudos. "Lo que corresponde es cumplir", reconoció, sin ocultar la necesidad de continuar gestionando con las autoridades para resolver el tema de fondo.
La suma de estos factores mantiene a los productores de papa en un estado de incertidumbre, que podría comprometer la sanidad vegetal y la viabilidad económica del sector si no se atienden con prontitud.
Fuente: eldiariodecoahuila.com.mx