La campaña de recogida de cereza en el Bierzo se ha cerrado con una producción de apenas 750.000 kilos, una cifra que representa alrededor del 50% de una cosecha media en la comarca. Las condiciones meteorológicas adversas han vuelto a castigar al cultivo, con pérdidas especialmente graves en las variedades más tempranas, como la Burlat, donde algunos productores han visto arruinado hasta el 80% del fruto.
Según fuentes del sector, el pedrisco durante la floración y las lluvias intensas en las semanas posteriores han provocado un doble impacto: han dificultado el cuajado del fruto y han favorecido la aparición de hongos. Este tipo de fenómenos, cada vez más frecuentes, coinciden con las fases más sensibles del cultivo, lo que complica su recuperación.
Con esta, ya son siete campañas consecutivas con resultados negativos, una tendencia que los agricultores consideran insostenible si no se adoptan medidas de adaptación al cambio climático. "La estructura del cultivo en pequeñas parcelas dispersas dificulta la aplicación de soluciones eficaces frente a las inclemencias del tiempo", advierten desde el sector.
Ante este escenario, algunos productores han comenzado a apostar por nuevas variedades más resistentes a las oscilaciones térmicas y a las lluvias fuera de temporada. No obstante, los avances aún son incipientes y el pesimismo se extiende entre los fruticultores.
Fuente: bierzodiario.es