Albatarrech es un municipio de Lérida con buenas características para el cultivo de la pera, una fruta que va cediendo terreno ante la fuerza de la fruta de hueso pero que sigue siendo muy apreciada en mercados europeos y de ultramar.
Frente a la dureza de la campaña pasada de pera, este año, "las lluvias han sido buenas, han evitado la aparición de plagas, no hemos tenido granizo y el calor está siendo el apropiado. Esperamos una buena campaña de pera que restaure el 40% de descenso de la anterior", señala David Clariana, director de operaciones de Agal Fruits.
© Agal Fruits
La campaña pasada estuvo marcada por diferentes eventos que contrarrestaron la producción, entre ellos, el directivo destaca "la muy poca floración en el peral" que ocasionó este "pronunciado descenso de la producción".
Tras estudiar lo ocurrido "aún no se sabe muy bien el motivo, pero en La Rioja también pasó. Suponemos que la sequía del año anterior, unida al calor que hizo cuando el peral forma el botón floral, hizo que en febrero estos brillaran por su ausencia. El impacto fue fuerte porque tampoco el seguro dio cobertura ya que no se habían dañado las flores; claro, es que estas no llegaron ni a formarse. Así que quedamos sin producción ni indemnización. Este año, ya vimos que había una gran cantidad de esos botones florales, así que pensamos que la temporada va a ser buena".
Según Clariana, "la pera no es una fruta fundamental en el supermercado por varios motivos. Es un cultivo muy técnico que requiere de mucha profesionalidad a nivel de agricultor, pues tiene que conocer muy bien las plagas y sus ciclos biológicos. En el caso del peral, pueden pasar hasta 5 o 6 años hasta ser rentable y hablaríamos de 28.000 kg por hectárea. En el caso de la fruta de hueso, el cultivo da volúmenes elevados al tercer año, llegando a 40.000 kg hectárea de media".
"La fruta temprana de Murcia sufrió gravemente por el granizo y la de Lérida también se vio afectada, unido al inicio del verano con temperaturas muy altas en Europa y el hecho de que Grecia, Turquía e Italia también han tenido una menor producción, ha hecho que esta campaña tenga mucha demanda", explica el responsable.
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"Era una evolución necesaria"
En los últimos años, "hemos optimizado el trabajo. Antes vendíamos la fruta en palot, ahora la trabajamos en nuestra central y la distribuimos directamente a nuestros clientes de supermercados de Europa y de ultramar", señala el directivo.
Hace 10 años, comenzaron un proceso de integración hacia delante, saliendo del rol típico de cooperativa y creando diferentes departamentos para funcionar como cualquier empresa comercializadora.
"Era una evolución necesaria. El valor añadido es trabajar con el cliente final. Hay campañas mejores y peores. Cuando es buena, el producto sale solo, pero si la demanda es muy baja, el hecho de trabajar con un cliente final en base a un compromiso mutuo te da la ventaja de poder vender esos stocks en tiempos difíciles", explica Clariana.
En Agal Fruits, "trabajamos todas las variedades habituales de pera y una nueva, Carmen, que la recolectamos en este momento. Cada pera va a un mercado europeo o de ultramar. Las más importantes son Ercolina, Limonera, Williams, Conferencia y Battle Red".
Los principales destinos en Europa son Austria, Polonia, Alemania, Suecia, etc. En ultramar, "trabajamos mucho con Brasil, donde nuestra marca Agal está muy bien valorada, Canadá, Senegal, Costa Rica o India. Abastecemos con unos 8 millones de kilos de peras y 7 millones de kilos de fruta de hueso anuales, con unas 160 personas empleadas en campaña y 650 hectáreas de cultivo en su mayoría de pera", señala el responsable.
"Como director de operaciones, tienes muchos frentes; para mí, uno fundamental es formar equipo y facilitar el trabajo. Además, creo que comercializar la fruta de muchas familias es una labor de gran responsabilidad", concluye Clariana.
Para más información:
David Clariana
Director de operaciones
Agal Fruits
M.: +34 653 22 74 11
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