El granizo caído en primavera sigue dando noticias. Las consecuencias de las precipitaciones en la zona de Zaragoza han mermado aquellos cultivos de fruta de hueso que no estaban cubiertos por malla, equipamiento, que ahora, ya nadie cuestiona.
"Nuestro mundo es el albaricoque, con 7 millones de kilos anuales, también la nectarina plana, el paraguayo y algo de ciruela. Todo junto, suma 10 millones de kilos; un 90% va a los supermercados de Europa. Pero este año, en Zaragoza tenemos un 50% menos de albaricoque por las tormentas de primavera", explica Franck Secalot, director comercial de Albice Fruits.
© Albice Fruits
Este año, dice el directivo "íbamos a superar los 14 millones de kilos de frutas, pero con las tormentas nos quedaremos en 10". Esa poca cantidad de fruta disponible "no siempre provoca un elevado precio, a veces el clima no acompaña para que el consumidor quiera comprarla". En cuanto a los calibres, "a nosotros nos va bien con el AA y algo más pequeño para poner en cestas, en el extranjero no hace falta un calibre muy grande de albaricoque como en España".
Al contrario que en el sur, "las variedades francesas funcionan muy bien por esta zona porque tenemos bastantes horas frío. Ahora estamos inmersos en un gran cambio, trabajando con todos los obtentores de Europa para seleccionar lo que mejor funciona en nuestra tierra. Primero, la fruta debe tener sabor, después, un color atractivo y, lo tercero, debe ser productiva y autofértil, esto último es fundamental", señala el directivo.
Según Secalot, los efectos de las tormentas los han sufrido "igual que los vecinos de Lérida". "El albaricoque quedó muy afectado, hemos recolectado solo 3,5 millones de kilos y, de lo que tenemos, aún tendremos que tirar más. Es un año muy complicado. El paraguayo no se dañó tanto y, afortunadamente, la nectarina plana y la ciruela las teníamos protegidas con malla, así que se salvaron del granizo".
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"Hay que pensar en un campo adaptado al cambio climático"
Eso ha provocado una adaptación de la forma de trabajar a las nuevas condiciones climáticas. "Ahora todo lo que vamos plantando está cubierto con malla", señala el responsable. "Queremos ampliar las hectáreas de albaricoque, pero siempre con malla. Además, ya tenemos 5 torres antiheladas y lámparas de parafina. Estamos probando un sistema de seguimiento en tiempo real con pronóstico del tiempo y otro con inteligencia artificial para saber el momento óptimo para recolectar y protegernos frente a los eventos del clima lo máximo posible. Hay que pensar en un campo adaptado al cambio climático, menos horas frío, calor extremo, menos agua y tormentas más agresivas".
"Hemos sufrido restricciones de agua y ahora hemos aprendido a cultivar con menos recursos hídricos. Tenemos un sistema que mide el agua en el suelo y los movimientos de savia en el árbol. La agricultura se vuelve muy técnica, solo así podremos adaptarnos a las nuevas condiciones", opina Secalot.
La mano de obra del albaricoque "tiene que ser muy fina, con la poda y los aclareos tienes que ser muy preciso, nos gusta trabajar con un equipo especializado, pero es cierto que es difícil encontrarlo, a veces. El campo se está tecnificando en muchos sentidos, hay que estar al día para poder seguir trabajando en esto y el cliente tendrá que entender que los costes se elevan", finaliza Secalot.
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Franck Secalot
Director comercial
Albice Fruits
M.: +33 6 33 24 73 41
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