La cosecha de patata en Castilla y León se encuentra en sus primeros compases con una oferta superior a la del año pasado y unos precios más ajustados —después de tres años con cotizaciones históricamente altas—, que podrían incentivar un mayor consumo en fresco en los hogares.
"Estamos comenzando con la campaña de patata de Castilla y León, la que mayores volúmenes representa, y terminando con la de Albacete y Extremadura, con algunos lotes residuales de patata temprana murciana y andaluza", cuenta Alfonso Sáenz de Cámara, gerente de la cooperativa alavesa Udapa y presidente de la Sectorial de Patata de Fepex. "La cosecha de Álava arrancará sobre mediados de agosto, un poco más tarde este año al haber sembrado también más tarde por el mal clima", añade.
La superficie de patata sembrada en Castilla y León alcanzará las 19.000 hectáreas aproximadamente este año, lo que supone un crecimiento del 12% respecto al año pasado, mientras que las previsiones de cosecha son buenas, a pesar del calor, esperando buenos rendimientos y calidad, de acuerdo con Sáenz de Cámara.
Si bien los precios han sido altos para las patatas más tempranas, estos se han ajustado en las últimas semanas. "Estábamos teniendo precios realmente altos desde 2022 y ahora podríamos decir que son más bien normales", sostiene Sáenz de Cámara.
"Actualmente, los precios ya no los deciden los actores del mercado en fresco, sino que la industria de transformación tiene cada vez más peso en el sector y esto influye generalmente en el mercado de la patata. En marzo, diferentes compañías europeas de la industria transformadora dijeron que no necesitarían más patatas, lo cual ha jugado un papel importante en la bajada de precios", señala el gerente de Udapa.
"En España, el consumo de patatas ha bajado más de lo habitual desde mediados de junio. Aunque coincide con el periodo de vacaciones escolares y suele descender el consumo en los hogares, este año lo hemos notado más. Por tanto, nos encontramos con una menor demanda y una oferta de patata algo más alta en Castilla y León", indica Sáenz de Cámara.
El productor y exportador recuerda que los altísimos precios de la patata temprana en Murcia, así como las mermas de cosecha en Andalucía, no brindaron buenas oportunidades de exportación, que este año se ha resentido respecto a los años anteriores.
"Hemos tenido altos precios para la patata temprana en España y stocks más altos de patata vieja en Europa, ya que, hasta finales de junio, todavía se han visto lotes de patata vieja francesa en mercados mayoristas, dirigidos principalmente al canal detallista tradicional y horeca. Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que, de enero a abril, España ha importado 41.000 toneladas de patata de Israel respecto a las 28.000 toneladas que importamos en toda la campaña pasada", recuerda.
"No obstante, esperamos que, con precios más moderados para la patata, se incentive el consumo en fresco, después de tres años en los que no hemos tenido grandes producciones por los efectos de la sequía de 2022 que afectó mermando considerablemente tanto a la producción para consumo como a la producción de patata de siembra, siendo esto último determinante en las cosechas de 2023 y, en parte, aún de la de 2024", apunta Sáenz de Cámara. "A nivel sectorial, creo que uno de los grandes retos pasa por una mayor unión para trabajar en la incentivación del consumo de patata, por eso hago un llamamiento al sector para ponernos manos a la obra", manifiesta.
Udapa prevé manejar más de 100.0000 toneladas de patata en 2025, respecto a las 94.000 toneladas en 2024, destinando su producto tanto al mercado nacional y de Portugal como a otros países europeos, tanto en fresco como en V gama, siendo grandes proveedores de la industria procesadora.
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