La campaña 2025 para la pitahaya ecuatoriana se ha caracterizado por una combinación de buenos resultados en la variedad amarilla, fuerte volatilidad en la roja, retos derivados del cambio climático y una apuesta por la diversificación de cultivos y mercados. Entre los principales focos se destacan la apertura de nuevos destinos, la tecnificación de procesos y el inicio de proyectos productivos como el rambután y el mangostino, que buscan ampliar la oferta y aprovechar ventanas comerciales estratégicas.
© Ecuaexotics
Con más de once años de experiencia, Ecuaexotics, exportadora de pitahaya en Ecuador, produce y comercializa las tres variedades —amarilla, blanca y roja—, con presencia en Estados Unidos, Canadá y Europa, y desde este año incursiona en el mercado chino. Según su CEO, Sebastián Bustamante, "la pitahaya amarilla ha tenido una temporada muy positiva, con precios que se han mantenido entre los 10 y 12 dólares por caja. Sin embargo, la pitahaya roja ha presentado un escenario distinto, hubo semanas en las que la caja llegó a 35 dólares y en las semanas siguientes cayó a 10 por el ingreso de fruta de Florida y Centroamérica; la volatilidad ha sido el gran reto de esta temporada".
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El clima también ha marcado la pauta de este año. Ecuador enfrentó uno de los inviernos más lluviosos de la última década, afectando calidad y volúmenes de producción. "Las temporadas, que antes duraban ocho o diez semanas, ahora se reducen a cuatro o cinco por los golpes de calor, lluvias intensas o frío inesperado", explica Bustamante. Para mitigar estos efectos, Ecuaexotics ha apostado por la tecnificación de sus cultivos y la automatización de procesos como el lavado, secado y encerado, con el objetivo de mejorar rendimientos, calibres y calidad, además de optimizar costos.
La diversificación productiva es uno de los ejes clave para el futuro de la empresa. Tras un proyecto piloto iniciado hace tres años, la empresa iniciará en noviembre la cosecha de rambután en 36 hectáreas, con las primeras 6 hectáreas en producción, y para el 2026, iniciarán la cosecha de 30 hectáreas. El proyecto a corto plazo es establecer 100 hectáreas de la variedad R134.
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"Ecuador tiene una ventana de producción distinta a la de Centroamérica, y eso nos permite entrar a los mercados cuando hay escasez en otros orígenes. El objetivo es atender principalmente Estados Unidos, Canadá y Europa, aunque la apertura del mercado estadounidense depende aún de protocolos fitosanitarios, que ya están en proceso de análisis y estudio", afirma el CEO.
Paralelamente, la compañía desarrolla un proyecto de mangostino en otras 40 hectáreas, un cultivo de largo plazo que requerirá entre ocho y diez años para entrar en plena producción, se estiman las primeras cosechas de mangostino para el 2028.
El entorno competitivo es otro de los retos. Países como Perú, España, Egipto y Vietnam amplían su producción de pitahaya, mientras China avanza en el desarrollo de cultivos locales. Aun así, Bustamante ve oportunidades en Asia: "El mercado chino es atractivo, pero hay que moverse con cuidado porque su producción interna introduce nuevas variables en las negociaciones".
Para el cierre de 2025, Ecuaexotics participará en Asia Fruit Logistica y Fruit Attraction Madrid, con el objetivo de fortalecer y posicionar la pitahaya amarilla y roja, al tiempo que testea la aceptación del rambután y el mangostino en nuevos mercados.
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Sebastián Bustamante
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