Inglaterra se encuentra ahora en graves condiciones de sequía; ha llovido muy poco desde abril. De hecho, desde febrero solo ha llovido el 25% de la media, y esto está afectando a la mayoría de los cultivos de campo abierto en todo el país.
"La última vez que llovió fue en julio", recuerda Rodger Hobson, presidente de British Carrots. "Realmente ha habido dos cultivos: en las zonas donde hemos podido regar, la cosecha de zanahorias está bien; donde no hemos podido regar, es una pesadilla".

Rodger tiene alrededor de un 20% que no se ha regado porque no tiene acceso al agua. Esto ocurre cuando no hay agua disponible o cuando se está demasiado lejos del recurso. Otro 20% de su cosecha ha recibido agua, pero ya no se regará más, dado que los ríos o arroyos están demasiado bajos y la Agencia de Medio Ambiente ha impuesto restricciones, o los embalses están vacíos.
"Alrededor del 60% de mi cosecha está bien, el resto está fatal. Al parecer, todo el país está en la misma situación, aunque puede que a Escocia le haya ido mejor. Tendremos zanahorias para Navidad, pero no para todo el año. Tendremos que importar, y las zanahorias importadas siempre cuestan unas tres veces más que las nacionales".
El Reino Unido espera recibir los últimos coletazos del huracán Erin esta semana, pero según Rodger, Yorkshire solo recibirá unos 8 mm de lluvia. "Tengo la esperanza de que llueva bastante en septiembre y las cosas mejoren".
Para más información:
Rodger Hobson
Asociación Británica de Productores de Zanahoria
[email protected]