La cosecha de kaki Rojo Brillante en España arrancará en septiembre con unas previsiones, de momento, favorables en volumen y en calidad, gracias a la ausencia de adversidades climatológicas durante hasta la fecha. La superficie ha descendido de forma notable en los últimos 5 años y tiende a la baja para un producto que va quedando cada vez más en manos de especialistas.
"En estos momentos podemos decir que esperamos una producción de kaki normal en volumen, con un potencial en España de alrededor de 340.000 toneladas", cuenta Pascual Prats, presidente de la Asociación Española del Kaki, aunque avisa de que "aún quedan muchos meses por delante".
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"A excepción de algunos daños localizados por granizo, se han dado hasta ahora buenas condiciones meteorológicas para este cultivo. Las abundantes lluvias en primavera contribuyeron a que los árboles hayan brotado con vigor y sanos, lo que se traducirá en calibres grandes y buena calidad", señala.
Cabe recordar que, en las últimas dos campañas, los volúmenes se han visto mermados significativamente. En la campaña anterior se alcanzaron unas 240.000 toneladas. La DANA de finales de octubre azotó la provincia de Valencia y ocasionó la pérdida directa e indirecta de una parte importante de la cosecha, especialmente en La Ribera del Xúquer, donde se concentra más producción.
Las compras en campo, que este año empezaron en mayo, están muy animadas, de acuerdo con Prats, y se están pagando precios razonables. En estos momentos las medias de precios oscilan entre 0,50 y 0,65 € el kilo en campo, lo que significa entre 15 y 20 céntimos por encima de la media del año pasado en las mismas fechas. "Los costes de producción han subido debido a la proliferación de plagas como consecuencia de las restricciones europeas en el uso de materias activas para combatirlas, por lo que este aumento de precios es necesario", sostiene.
La superficie plantada de kaki ha vuelto a bajar este año. En los últimos 6 años ha descendido en torno a un 20%, pasando de 18.500 ha a unas 14.000 ha y, de acuerdo con el presidente de la Asociación Española del Kaki, sigue tendiendo a la baja. "El manejo de las plagas se ha convertido en uno de los mayores retos para los agricultores y en algunas zonas se ha vuelto muy complicado controlarlas. Aquellos que no son realmente especialistas en el cultivo del kaki han ido abandonándolo y parece que continuará ocurriendo.
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