Un reciente informe del Servicio Agrícola Exterior (FAS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en Tokio proyecta una disminución en la producción de frutas de hueso en Japón para la campaña 2025/2026. La previsión responde a factores climáticos adversos, a la continua reducción de la superficie cultivada y al envejecimiento de la fuerza laboral agrícola.
En el caso de las cerezas, se estima que la producción alcanzará las 12.500 toneladas métricas, lo que supone un aumento del 8,7% respecto a la cosecha "históricamente mala" del año anterior. Sin embargo, la cifra se mantiene un 25% por debajo del promedio anual. El descenso se atribuye principalmente a las altas temperaturas durante el periodo de polinización en la prefectura de Yamagata, que concentra más del 76% de la producción nacional. Ante esta situación, se espera que la demanda de cerezas estadounidenses siga siendo elevada, ya que los consumidores japoneses prefieren el consumo en fresco y suelen identificar las importaciones de EE. UU. como "cerezas americanas". Aun así, la caída del ingreso disponible y el debilitamiento del yen han vuelto a los consumidores más sensibles a los precios, lo que podría traducirse en una reducción del 10,5% en las importaciones totales de cerezas frescas, que se situarían en torno a 4.300 toneladas métricas. En Japón predominan las variedades Sato Nishiki, con alrededor del 75% del volumen, y Beni Shuho, con cerca del 16%. Los productores, por su parte, enfrentan retos crecientes vinculados al envejecimiento de la mano de obra, el encarecimiento de los insumos y la necesidad de instalar costosos refugios para proteger los cultivos de la lluvia.
En cuanto a los albaricoques y nectarinas, la producción se pronostica en 101.000 toneladas métricas, un 8,9% menos que en la campaña anterior. Aunque la cantidad de frutas cosechadas será similar, el peso total disminuirá cerca de un 10% debido a las altas temperaturas y a la escasez de precipitaciones en las principales zonas productoras. Este retroceso tendrá un efecto directo en el consumo doméstico, que se prevé caiga un 8,6% hasta las 99.450 toneladas métricas. El descenso responde no solo a la menor disponibilidad, sino también a una tendencia más amplia de reducción en el consumo de frutas, particularmente entre los jóvenes, influida por la subida de precios.
En el ámbito comercial, Japón mantiene el objetivo de ampliar sus exportaciones de melocotón, aunque para 2025/2026 se prevé un retroceso del 22% en los volúmenes enviados al exterior debido a la caída productiva. Los principales destinos siguen siendo Hong Kong y Taiwán. En lo que respecta a las importaciones, Japón prohíbe la entrada de melocotones frescos procedentes de Estados Unidos por razones fitosanitarias, mientras que las nectarinas estadounidenses conservan el 100% de la cuota de mercado en el país.
Fuente: frutasdechile.cl
