El buen inicio de campaña de fruta de hueso en Aragón y Lérida no anunciaba lo que vendría después. Algunos tienen esperanzas de que las variedades tardías, que llegan hasta octubre, compensen las pérdidas acusadas del verano. Una combinación de varios factores, el primordial, el calor extremo, están detrás de un verano difícil y precios muy bajos para la industria.
"Tuvimos un buen comienzo de campaña, pero la fruta de hueso cayó en picado a partir de julio y ya no se ha recuperado". Los motivos que aduce el gerente son, sobre todo, "el solapamiento de producciones de Murcia, Aragón y Cataluña, debido al aumento de calor inusual en julio. Eso provocó una explosión de producto, en especial, de melocotón amarillo, y lo que tenía que recolectarse de manera escalonada vino todo a la vez", lamenta Miguel Ángel Loren, gerente de Andreea Fruits.
© Andreea Fruits
"El paraguayo se ha mantenido en equilibrio en la caída generalizada, pero la nectarina y el melocotón amarillo no tienen venta. Quizá las variedades tardías de fruta de hueso compensen el desastre en el que nos encontramos sumidos ahora mismo", señala el gerente.
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Después del calor de julio, vino la caída y "la industria de la conserva o los zumos empezó haciendo las compras primero por 18 céntimos el kilo, después 14, después 10. Estamos pasando un momento muy difícil, pues los costes de producción del melocotón están en torno a los 60 céntimos por kilo y hectárea. Es una situación angustiosa porque no vemos que vaya a mejorar. El calor causa que la industria se quede con el melocotón amarillo a 10 céntimos".
"También estamos sufriendo mucho la pésima campaña de melón y sandía de Castilla-La Mancha, pues esa fruta puede llegar a 6 kg y, para una familia, en verano, con este calor, es más atractivo adquirirla y además a precios muy bajos", reflexiona Loren.
El arrastre de precios ha venido después de un inicio de campaña, según el gerente, "ideal por las altas cotizaciones que se vieron en torno a los 3 € el kilo de melocotón amarillo. El granizo brutal sufrido en Murcia eliminó la producción de la inmensa mayoría de los campos de fruta de hueso, con lo que el hueco fue muy notable. Esa falta la vivimos en Lérida y Aragón con unas buenas ventas a los portugueses e italianos".
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Cerezos que no han superado el calor extremo
Las inusuales olas de calor, comenta Loren, "han tenido mucho que ver en esta explosión de fruta de hueso, pues en julio trastocó las producciones y las 16 jornadas seguidas de agosto con noches a 30 °C y días a 42 °C han afectado mucho a la calidad de la fruta, por lo que la industria se frota las manos". Y añade: "Lo peor y nunca visto, son los cerezos que tendremos que arrancar porque han muerto bajo los efectos del calor extremo y continuado".
"A aquellos que no se creen el cambio climático les diría que vinieran al campo a ver cómo mueren los cerezos que han estado aquí los últimos 20 años sin problemas y dando frutos", concluye el responsable.
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Miguel Ángel Loren
Andreea María Cistelecan
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Andreea Fruits
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