La campaña de la patata de Salamanca comienza con un retraso de entre cuatro y seis semanas tras las lluvias en el momento de la siembra. A esto se le une el solapamiento con producciones europeas, como la francesa, que ha experimentado más calor del habitual alargándose en el calendario.
"La campaña viene retrasada, al menos, un mes porque llovió mucho en el momento de la siembra. Además, nos encontramos con una producción entre un 8% y un 10% más baja que el año pasado y una patata con calibre más pequeño y menos materia seca. En definitiva, afrontamos un mes de retraso, menos kilos y solapamiento con la patata de Francia", explica Manuel Aires, técnico de calidad y control de campo de Floyma.
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"Hemos empezado entre cuatro y seis semanas más tarde porque hubo fuertes lluvias en la siembra, a veces hasta ocho o diez jornadas seguidas de precipitaciones. Tendríamos que haber empezado a cosechar en julio y estamos empezando ahora".
En esta campaña a nivel nacional, según Aires, tienen "un problema de sobreproducción en Francia y en Europa, en general. Algo que no ayuda es tener las puertas del mercado español abiertas a la patata de países terceros".
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El técnico ha explicado: "Con el cambio climático, la patata de conservación francesa ha llegado hasta el mes de junio y se ha introducido en España a unos precios irrisorios; su producción se ha ido solapando con nuestra patata nueva. Creo que tienen una interprofesional con mucho apoyo de los entes públicos. Cuando llega aquí, no podemos hacer frente a unos precios tan bajos".
"Nos hemos especializado en la industria porque el tipo de suelo que tenemos aquí no otorga ese brillo a la piel que solemos ver en la patata que se vende en un supermercado. Sin embargo, en la industria se valora mucho la patata de Salamanca y Ávila", señala el responsable.
En cuanto al control que se hace en las aduanas de la UE, el técnico opina: "Presumimos de que aquí se come lo mejor, pero eso es solo en cuanto a nuestras producciones. Lo que entra de fuera de nuestras fronteras viene con fitosanitarios prohibidos aquí hace mucho tiempo y el trabajador tiene unos derechos muy dudosos. La UE debería exigirles los mismos requisitos que a nosotros y no dejar que entren productos sin analizar a los mercados europeos".
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El responsable ha subrayado la necesidad de hacer de la agricultura una actividad sostenible. Para ello, "analizamos el suelo de las parcelas, recomendamos abonado según variedades y tipo de estrato, hacemos un control vía satélite para el riego semanal y vigilamos la presencia de mildiu según el momento del año", apunta.
"Para no depender de la mano de obra, hemos tenido que modernizarnos. Todo está mecanizado porque ya no se encuentra a nadie para trabajar en el campo, quizá alguna cuadrilla para recoger patata, pero los trabajos tecnificados están sin personal. Creo que la agricultura tiene que hacer frente a muchos desafíos y uno de los principales es que no hay gente que quiera trabajar en ella", señala Aires.
Floyma se dedica al cultivo y comercialización de unos 25 millones de kilos anuales de patata de industria en Salamanca.
Para más información:
Manuel Aires
Técnico de calidad y control de campo
Floyma
M.: +34 679 15 25 10
[email protected]
www.patatasfloyma.es