La sesión de la lonja de León del miércoles 24 marcó el inicio de la cotización de la patata, aunque los precios se sitúan por debajo de los costes de producción. La situación responde a lo que se ha denominado una "inundación mundial de patata", con una oferta que supera ampliamente al consumo y que ha desencadenado una fuerte caída de los precios, generando pérdidas significativas para los agricultores.
En Europa, la superficie cultivada aumentó un 5,5% este año hasta alcanzar 1,47 millones de hectáreas, la cifra más alta en años. Países como Alemania, Francia, Bélgica y Países Bajos han producido volúmenes muy superiores a la capacidad de absorción de la industria transformadora, con grandes cantidades fuera de contrato (compra libre). A este contexto se suman China e India, que han registrado cosechas récord que sobrepasan la capacidad de almacenamiento local y presionan aún más los precios. Paralelamente, Egipto y Turquía han ganado peso como exportadores internacionales, contribuyendo al exceso global de oferta.
Francia, principal país exportador de patata y origen mayoritario de la que se importa en España, ha registrado una cosecha récord de 8,3 millones de toneladas, un 13% más que el año anterior. El 80% de esa producción está respaldada por contratos, mientras que el 20% restante —1,66 millones de toneladas, volumen cercano a la producción total española (entre 1,9 y 2 millones de toneladas)— se comercializa a precios muy bajos, en ocasiones "cercanos a cero euros".
La presión a la baja de los precios está minando la confianza del sector. Aunque los distribuidores se ven obligados a adaptarse a la coyuntura de mercado, el reto es garantizar la viabilidad de los productores.
En León, este año se han sembrado 1.334 hectáreas de patata, un 13% más que en 2024, cuando fueron 1.176. La producción estimada ronda las 56.000 toneladas, de las cuales cerca del 80% están respaldadas por contrato.
Fuente: agroinformacion.com
