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Geeske van Wijk, de Ambiona (Países Bajos):

"Tengo una misión personal: lograr que la gente coma coles de Bruselas también en verano"

Aunque su formación es de asesora psicosocial, la holandesa Geeske van Wijk lleva desde 2014 dedicada al comercio de hortalizas cultivadas al aire libre como intermediaria. Su aventura comenzó hace más de una década, vendiendo las hortalizas directamente a particulares, abasteciéndose de agricultores locales. Así fue tejiendo una red de productores, y pronto surgió la pregunta inevitable: "¿Podría también suministrar volúmenes más grandes?" Fue entonces, en 2021, cuando decidió profesionalizar su actividad con la creación de Ambiona BV. "Pasé del trato privado al comercio por palés, y hoy en día los pedidos salen por camiones completos", relata.

© Ambiona

Desde el principio, las hortalizas han sido el eje central de Ambiona. "También comercializo frutas, pero mi especialidad son sin duda las hortalizas de cultivo al aire libre. Conozco bien el mundo de las coles, zanahorias, chirivías y apionabos. Y tengo una misión personal: lograr que la gente coma coles de Bruselas también en verano. Se siguen viendo como un producto puramente invernal, ¡pero en los meses cálidos también están deliciosas!", asegura.

© Ambiona

Atreverse, sin más
Este año, los rendimientos en campo han sido generosos en todos los frentes. Para Van Wijk, esta situación es una oportunidad para ampliar horizontes. "Ya tengo clientes en toda Europa, pero ahora estoy explorando con fuerza las oportunidades fuera del continente. ¿Por qué limitarse a los Países Bajos o Europa si hay un mundo entero por descubrir? Además, me encanta viajar y hablar idiomas, lo cual es una gran ventaja. Ya había establecido contactos en mercados como Asia y Canadá, pero esta gran cosecha europea lo ha acelerado todo", manifiesta.

Cuando se le pregunta cómo afronta semejante desafío, Van Wijk responde con naturalidad: "¡Simplemente me lanzo! Hoy en día, con internet y un teléfono móvil, se puede hacer muchísimo".

Comprometida con quienes cultivan la tierra
Van Wijk no pierde de vista lo esencial: los agricultores. "Me enfurece ver cómo algunas empresas tiran los precios, afectando directamente al agricultor, que ha dedicado todo el año a cuidar su cultivo con esmero. Ahora paso más tiempo detrás del escritorio, pero he caminado lo suficiente por los campos con las botas de agua como para saber lo que cuesta producir. Por eso siempre defiendo precios justos. El producto debe ser accesible para el consumidor, sí, pero también rentable para quien lo cultiva. Me gusta trabajar directamente con procesadores o supermercados, agilizando el proceso y evitando intermediarios que solo encarecen el producto", explica.

© Ambiona

"El comercio libre es emocionante, claro, pero también muy volátil. Por eso la demanda de continuidad va en aumento. Lo que más me satisface es darle salida a un producto cuando hay excedentes. En mi vocabulario no existe el 'no se puede'. Me crezco ante lo imposible", comenta Van Wijk, que ahora cuenta con el apoyo de su hija mediana en la gestión comercial. "Nuestra fuerza está precisamente en mantenernos pequeñas, humanas y muy ágiles. No necesito un rascacielos con oficinas ni una gran nave logística; perdería justo lo que nos hace fuertes: la sencillez".

Antes de adentrarse en el mundo de las frutas y hortalizas, Van Wijk trabajaba con familias en situación vulnerable en Róterdam y sus alrededores, dentro del ámbito de la asistencia psicosocial. Aunque pueda parecer un salto radical, para ella no lo es tanto. "En ambos sectores se necesita empatía y firmeza. Eso sí, en mi anterior trabajo me enfrentaba a realidades muy duras, familias completamente desbordadas, y tus únicas herramientas eran tú misma y tu capacidad de conectar. El sector hortofrutícola también puede tener momentos difíciles, pero se recupera uno más rápido. Desde ese punto de vista, es incluso más llevadero", expresa.

© Ambiona

Sobre la idea de que el comercio de frutas y hortalizas es un mundo duro, Van Wijk discrepa. "Vengo de una familia de comerciantes de pura cepa, y me siento como pez en el agua. Si hay un problema, se habla y se resuelve. Porque al final, en este sector, todos nos volvemos a encontrar. Negociar bien requiere sensibilidad. Para mí, el comercio de frutas y hortalizas no es agresivo, sino un entorno donde lo que cuenta es la confianza mutua", indica.

Y en su labor como intermediaria, aplica una filosofía muy clara: "Siempre trabajo con relaciones triangulares. El cliente sabe quién cultiva el producto, y el agricultor sabe a quién va destinado. Porque al final, lo que importa es que ambas partes queden satisfechas. Solo así se construye algo sostenible. Un buen acuerdo no debe beneficiar a uno a costa del otro, porque así no se avanza".

© AmbionaPara más información:
Geeske van Wijk
Ambiona
Tel.: +31 (0)6 8325 9646
[email protected]

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