La temporada de exportación de sandías brasileñas avanza con buena calidad y condiciones agrícolas favorables, pero enfrenta un escenario comercial complejo en Europa. Así lo explicaron Alexandre Pires y Halen Vieira, de Agrícola Campo Verde.
"El cultivo se ha desarrollado bien este año, sin incidencias importantes de plagas y con una calidad que consideramos buena", señala Pires. Sin embargo, el principal reto no está en el campo, sino en el mercado. "Estamos compitiendo directamente con sandías españolas que no se vendieron en el mercado interno, lo que ha provocado un exceso de oferta y precios muy bajos", afirma.
© Agrícola Campo Verde
"Actualmente, el precio de venta en Europa ronda entre 0,55 y 0,60 euros por kilo, niveles que no permiten a los importadores cubrir sus costos logísticos. En estas condiciones, el importador apenas recupera gastos y muchas veces termina con pérdidas, lo que genera tensiones en la cadena", añade.
Agrícola Campo Verde exporta en promedio entre 7 y 10 contenedores por semana durante la temporada, que se extiende de mediados de agosto a mediados de marzo. "En total, la empresa envía alrededor de 250 contenedores por campaña. Europa sigue siendo el principal destino, con el 50% del volumen dirigido a Países Bajos y entre un 10% y 20% a España, mientras que el mercado canadiense representa aproximadamente un 30%", comenta.
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El mercado en Canadá, por ahora, mantiene un comportamiento más estable. "La producción local está finalizando y no vemos grandes problemas de demanda", comenta Vieira. No obstante, el sector estuvo pendiente de las tensiones comerciales entre Brasil y Estados Unidos, tras el aumento de aranceles por parte del gobierno norteamericano, que llevó a la suspensión de las exportaciones brasileñas a ese mercado. "Temíamos que esto afectara el tránsito de contenedores hacia Canadá, ya que muchos envíos hacen escala en Estados Unidos, pero por el momento el flujo se mantiene normal", explica.
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En el ámbito interno, la falta de mano de obra se ha convertido en un obstáculo creciente para el sector. "Los programas sociales del gobierno desincentivan el trabajo en el campo; muchas personas prefieren recibir el subsidio estatal antes que emplearse en la agricultura", señala Pires.
A estos retos se suma el impacto del tipo de cambio. La depreciación del dólar frente al real brasileño, cercana al 15%, ha reducido los márgenes de rentabilidad en las exportaciones. "La combinación de precios bajos, costos logísticos elevados y un cambio desfavorable nos obliga a replantear estrategias para mantener la competitividad", concluye.
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Agrícola Campo Verde
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