La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha situado a México en el foco de las críticas del sector frambuesero del estado de Washington, cuyos productores atribuyen a las importaciones mexicanas una presión creciente sobre los precios y la rentabilidad de la industria estadounidense.
Estas preocupaciones fueron expuestas durante las audiencias públicas organizadas por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) para evaluar el funcionamiento del acuerdo. En ese contexto, representantes del sector agrícola describieron un entorno cada vez más complejo para determinados cultivos especializados.
La Washington Red Raspberry Commission advirtió de que este deterioro coincide con un déficit agrícola histórico en Estados Unidos, estimado en 49.000 millones de dólares para 2025. Según la organización, este escenario amplifica el impacto de la competencia exterior en producciones sensibles como la frambuesa.
El organismo sostiene que la entrada de frambuesa mexicana a precios más bajos se produce en los mismos periodos en los que los agricultores locales comercializan su cosecha, lo que limita su capacidad de competir. Mientras los productores de Washington venden la fruta a 2,70-2,80 dólares por libra, el producto mexicano se sitúa en torno a 1,50 dólares por libra, una diferencia superior al 40%.
De acuerdo con la comisión, esta brecha se ha convertido en un factor estructural que desplaza a los proveedores locales y provoca la pérdida de clientes tradicionales, especialmente en el segmento de fruta destinada a procesado. En su análisis, el sector atribuye esta ventaja competitiva a los menores costes laborales en México, así como a una carga regulatoria y ambiental inferior, combinadas con un sistema logístico orientado a la exportación y las condiciones comerciales que ofrece el T-MEC.
En 2024, México produjo 175.539 toneladas de frambuesa, cerca de la mitad destinadas a los mercados exteriores. Aunque exporta a numerosos destinos en América, Europa, Asia y Oceanía, Estados Unidos concentra la mayor parte de la demanda. Además, varias compañías estadounidenses participan en este negocio mediante filiales o alianzas con productores en México.
El informe sectorial subraya que esta evolución se produce en paralelo a un aumento sostenido de los costes en Estados Unidos desde 2019, especialmente en mano de obra, envases e insumos, sin que los precios de venta hayan acompañado ese incremento. En este contexto, la fruta mexicana, descrita como un subproducto del mercado fresco que entra sin una referencia clara de precios, dificulta los intentos de estabilizar el mercado durante la campaña.
Ante este escenario, el sector solicita que la revisión del T-MEC contemple posibles medidas correctivas, como aranceles, cuotas u otros instrumentos comerciales que compensen las diferencias de costes. Advierten de que, sin algún tipo de intervención, la continuidad de la industria podría verse comprometida.
Fuente: expansion.mx