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Dr. Maryn Davies, director general de Frontier Advisory Sudáfrica

¿Qué necesita África para aprovechar su potencial?

El Dr. Martyn Davies, director general de Frontier Advisory, una compañía líder de estrategia y asesoramiento especializada en el desarrollo de mercados emergentes, participó en la reciente edición de Fresh Connections Southern Africa, celebrada en Pretoria el 13 y el 14 de agosto, donde explicó a grandes rasgos la actual situación económica de Sudáfrica y predijo lo que podría deparar el futuro para el continente africano.

“Hacer negocios son África resulta increíblemente desafiante y caro”, dijo el Dr. Davies. “Y Sudáfrica en particular es lo que a mí me gusta llamar el Japón de África; pese a haber sido el motor comercial del continente durante décadas, su crecimiento promedia el 1-1,5%, mientras que algunos de sus competidores crecen a un ritmo constante del 5-7%. Se diría que el potencial de crecimiento de la economía de Sudáfrica ha echado el ‘freno de mano’ y parece que tenemos un límite de velocidad del 2,5-3%”.



“¿Por qué el Japón de África?”, continuó el Dr. Davies. “En Asia, Japón ha sido la principal economía durante las dos últimas décadas, con un fantástico clúster de multinacionales y una marcada diferencia con respecto al rendimiento de la economía nacional y el de los colectivos japoneses; no demasiado diferente a la de aquí”, afirma.

El Dr. Davies explica que “en torno a 1990, Sudáfrica representó aproximadamente la mitad del PIB de África subsahariana, y aunque me complace mucho que las economías africanas estén creciendo, la economía de Sudáfrica ha pasado a representar tan solo una quinta parte del PIB. Esto significa que nuestra contribución al PIB regional está mermando, de ahí la necesidad de expandirse”.

En resumen, el doctor afirma que dirigir un negocio en una economía que crece a un ritmo del 1-1,5% no es sostenible, y que África subsahariana ofrece las oportunidades de captar, consolidar y generar ingresos y, en última instancia, retornos a los accionistas, en mercados muy fragmentados y nacientes; de ahí que sea imprescindible expandirse.

Como ejemplo de lo que debería hacer África, el Dr. Davies usó Hong Kong como modelo; una ciudad que pese a hacer frente a una inmensa competencia, ha mantenido una posición comercial sólida siendo más eficiente y proporcionando un hogar a un enorme clúster empresarial de servicios profesionales. “Es exactamente lo mismo que Singapur en el Sudeste Asiático y, en particular, Indonesia. Johannesburgo debe proponerse convertirse en puerta de entrada y lanzadera para la expansión regional”, aseveró el Dr. Davies.

Según Davies, “el crecimiento económico real, a largo plazo y sostenible se basa en el crecimiento de una clase media arraigada. La verdadera pregunta es si estamos sentando los cimientos para ello en África”.

“La paradoja de este continente es que sus oportunidades empresariales y comerciales son muy elevadas, pese a que las perspectivas reales en la mayoría de países son muy bajas. La pobreza en Nigeria, por ejemplo, ha aumentado durante los últimos veinte años, pese a un crecimiento del 7%”, añadió el Dr. Davies.

“Hoy en día, para hacer negocios en África uno debe ir a Sudáfrica, Kenia y Nigeria, porque el resto son demasiado pequeños. Países como Angola podrían resultar interesantes, pero el gasto se concentra en pequeñas élites de en torno a 60.000 personas; un poco como Moscú, donde la riqueza está altamente concentrada. El problema en muchos países africanos con abundancia de recursos es que la riqueza no se filtra”, explicó el Dr. Davies.

¿Cuál es el futuro de África? Davies opina que “los países africanos deberían centrarse en su capital humano para hacer un uso eficiente de sus recursos, pero, más importante todavía, tienen que diversificarse y formar núcleos de servicios, igual que Hong Kong y Singapur; agruparse para llegar de forma sencilla a millones de consumidores. Los Gobiernos no necesitan intervenir, solo tienen que permitir. De eso se trata todo”.
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