"A finales de 2014, las temperaturas bajaron hasta -3/-4 °C en varias zonas de la llanura de Sibari. Hay huertos en los que la fruta está en total peligro".
Un operador de Cosenza añade que, afortunadamente, al menos los árboles no se vieron tan dañados. Otros hablan de un balance negativo, pues "se quedó mucho producto en los árboles y lo que se vendió no obtuvo buenos resultados".
El agrónomo Francesco Perri, uno de los principales expertos citrícolas de Italia, explica que la temporada de la clementina termina con un mes de adelanto, pues debería haber continuado al menos hasta el 20 de febrero.
El año fue bastante cálido entre octubre y noviembre de 2014, por lo que las clementinas tempranas se retrasaron diez días. Las clementinas comunes se vendieron a precios bajos a causa del escaso consumo. "Cuando pensábamos que habíamos superado ese horrible periodo, llegó la helada".
Los daños variaron dependiendo de la zona. La calidad del producto vendido en la última semana fue bastante bajo, así que las ventas se desaceleraron todavía más. El producto dañado por la helada tenía muy poco jugo.
Las naranjas resultaron mucho menos dañadas, sobre todo las de las zonas en las que la helada no afectó particularmente.