En la actualidad, los compradores no siempre pueden saber de dónde proceden sus alimentos, ya que las imágenes de los productos no son lo suficientemente grandes para poder leer las etiquetas, una dificultad que no sufren los clientes que compren en los establecimientos.
Esta semana, el ministro de Medioambiente de Reino Unido, George Eustice, ha revelado durante un debate en Westminster que se ha reunido con las autoridades del sindicato National Farmers' Union para debatir una posible revolución en el etiquetado.
Muchos miembros del Parlamento apoyan la idea e instan al Gobierno a presentar una política para que los supermercados añadan a sus páginas web botones de "solo productos británicos", una medida que, según alegan, proporcionaría a los agricultores británicos el impulso que necesitan para superar la ruptura con la UE.