Las certezas que formaban parte del mercado de la cebolla han desaparecido. Adriaan van Belzen, de Daily Onions, ha sido testigo de los cambios del sector durante más de 24 años, pero este holandés sensato no se deja desconcertar fácilmente. "Se acabaron las certezas. Creo que el mundo de la cebolla es un reflejo de lo que está ocurriendo en todo el mundo".
Adriaan comercializa cebollas desde su oficina de Kerkrade, con énfasis en la exportación. La mayor parte de las cebollas que comercializa se envían al Reino Unido, donde la gran distribución, los mayoristas y la industria compran el producto. El año pasado fue un año muy ajetreado en varios sentidos para las relaciones entre Europa y el Reino Unido. El brexit provoca mucha incertidumbre. "Cuando la primera ministra anunció algo hace poco, la libra esterlina cayó inmediatamente un 5 por ciento", recuerda Adriaan. "Pero todavía hay mucho que se desconoce". Por ese motivo, no está demasiado preocupado por el futuro de este mercado. "Seguramente, todo irá bien. Si se introducen controles fronterizos y se vuelven a necesitar más documentos, será para todos".
El malestar provocado por la posible prohibición de la hidrazida maleica en el sector de la cebolla tampoco inquieta mucho a Adriaan. "Ya encontrarán algo. Por supuesto, esto también provoca dudas, pero hay más factores que influyen en la exportación". Menciona la inestabilidad de la situación política en varios de los grandes mercados de exportación, el tipo de cambio y la incertidumbre política en Europa. "Tengo la ventaja de ser solo comerciante y no tener trabajadores o stocks. La situación cambia para una empresa clasificadora que se ve afectada por estos factores. Aunque también me preocupa a veces, naturalmente".
Objetividad
"No sabemos dónde acabaremos", continúa Adriaan, por lo que las cosas que de vez en cuando lee en los medios le provocan cierta preocupación. Por ejemplo, cuando se dice que la exportación de cebollas crecerá porque la población mundial está aumentando, se pregunta si estas personas están considerando el hecho de que ello podría traducirse en más productores de cebollas. "Parece que estemos viviendo en dos mundos: uno digital y otro físico. En el mundo digital, solo escuchamos a quienes queremos escuchar. Por otro lado, las personas están contacto las unas con las otras".
Adriaan utiliza a una metáfora para describir el mundo de la cebolla: "Es como si fuéramos todos en un avión en el que todos estuviésemos ocupados trabajando. Entonces, de pronto, se anuncia que vamos a aterrizar, pero que no hay piloto y que el aeropuerto en el que vamos a aterrizar todavía no se ha construido".
A pesar de que muchas plantas de envasado están realizando actividades de exportación, Adriaan no ve cercana la desaparición de la oficina de exportación. "Un envasador tiene más intereses porque también posee stocks. Si solo eres comerciante, eres más objetivo y corres menos riesgos. Muchos de los grandes que se arriesgaron hace 20 años, ya no existen". Siempre habrá espacio para los especialistas en el sector, está convencido, pero es importante tener una red amplia y de calidad. "Yo llevo comercializando cebollas 24 años y por eso tengo una red grande". Pese a hacer muchos negocios por teléfono y no poseer almacenes repletos de cebollas, Adriaan ve cebollas regularmente. "Viajo mucho, en especial por Zelanda, así que veo cebollas", bromea.
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