Ettore Navarra
"No soy experto en mercado, pero puedo afirmar que Italia produce menos de lo que consume, por lo que el producto nacional siempre se hace hueco. Lo que varía es el precio. Nunca debería caer por debajo de los 2,5 euros al productor para el producto envasado de calidad alta. El extranjero suele ser más barato porque sus costes son menores (y su rendimiento por hectárea es mayor), y hay a quienes les gustaría igualar los precios a la baja".
La gran distribución suele prestar atención al origen, pero no es estricta con la marca DOP. Tampoco en el extranjero la marca recibe la promoción que debería. "Esto se debe a que los consumidores no conocen la diferencia. Conocen más o menos las DOC de los vinos, pero no conocen las IGP ni las DOP. Por suerte, al menos distinguen si un producto es bueno".
En marzo, tuvo lugar en Sulmona una convención internacional sobre el ajo para analizar la situación y definir una forma de proceder unificada. Por ejemplo, se necesita coordinación nacional y europea para estandarizar el uso de principios activos.