Túnez ha pedido a los bancos que dejen de otorgar crédito a los importadores de productos no esenciales, ya que busca frenar un déficit comercial creciente y detener una disminución en las reservas de divisas, según documentos del banco central que Bloomberg ha considerado.
Las nuevas reglas, que fueron enviadas a los acreedores a principios de este mes, exigen que los importadores presenten pruebas de los fondos existentes para cubrir el coste de unos 220 productos considerados no esenciales, desde aires acondicionados y cosméticos, hasta queso y varios tipos de fruta, con el fin de liberar divisas para productos prioritarios.
Las licitaciones internacionales por parte de entidades estatales están exentas de las reglas, de acuerdo con uno de los documentos. La medida refleja las restricciones a la importación impuestas en los alrededores de Egipto, ya que tuvo problemas con la gran escasez de divisas, que virtualmente paralizó el comercio y la inversión, antes de que el banco central incrementara el valor de la libra en noviembre.
Las reservas de divisas en Egipto se han recuperado desde que se eliminaron la mayoría de las restricciones de capital el año pasado, pero la moneda se ha reducido a la mitad en valor y la inflación ha aumentado más del 30%.
En Túnez, la creciente presión sobre el dinar, que está vagamente vinculado a una canasta de divisas, también ha agotado las reservas de divisas. El martes, los activos netos de reservas de divisas ascendieron al equivalente de alrededor de 5,1 mil millones de dólares, según datos del banco central, suficientes para cubrir solo 96 días de importaciones.
El país norteafricano ha luchado para reactivar su economía desde el levantamiento de 2011 que derrocó al dictador Zine El-Abedine Ben Ali. Ha sido sacudido por repetidas huelgas y protestas, mientras que los ataques de los militantes han azotado al sector turístico.