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Los productores dicen que las políticas fronterizas son un factor en la crisis de mano de obra de Texas

La escasez de mano de obra en las plantaciones de los Estados Unidos son un problema constante desde hace muchos años. En California, por ejemplo, la situación afecta cada año a un número cada vez mayor de productores, lo que aumenta el coste general de las frutas y hortalizas. En la actualidad, existe un problema creciente de mano de obra en el sur de Texas, que tradicionalmente se ha visto menos afectado que otras regiones estadounidenses.

"Hace varios años que escasea la mano de obra en todo el país", apunta Bret Erickson, de J&D Produce, en Edinburg, Texas. "El sur de Texas se ha mantenido relativamente inmune, pues siempre contaba con población de inmigrantes residentes, pero en los últimos años hemos visto menguar la mano de obra".

Menos jóvenes quieren dedicarse a la agricultura
Parte del problema es que la media de edad de los trabajadores agrícolas va en aumento. Hay menos jóvenes dispuestos a trabajar en el campo y dedicarse a labores que muchas de las generaciones anteriores llevan haciendo décadas. "La generación más joven está menos dispuesta a hacer el tipo de trabajo que demanda la agricultura", afirma Erickson. "Gran parte de los trabajadores está envejeciendo y, conforme se van jubilando, esa mano de obra no se sustituye tan rápido como decrece. Por tanto, las reservas de mano de obra están menguando".



Dante Galeazzi, presidente de la Texas International Produce Association, también lo ha observado. Añade que este problema no se limita solo a los trabajadores inmigrantes, sino que se extiende al resto de la mano de obra en general.

"Cada año, la reserva de mano de obra va menguando y menguando", dice Galeazzi. "La escasez en el mercado de la mano de obra solía limitarse a abril y mayo, cuando se producían la mayoría de los productos. Ahora se nota ya en diciembre. Cuanto más lejos de la frontera, más la advierten los productores, porque en el sur, tradicionalmente, hemos tenido fuerza laboral inmigrante. Ahora, la escasez se nota casi todo el año. Tal vez la gente se pregunte por qué no damos empleo a más estadounidenses. Lo cierto es que se ha intentado en estados como Georgia. En 2014, este estado puso en funcionamiento un programa en un intento por afianzar una mano de obra más extensa, pero, al final, resulta que muchos estadounidenses no están interesados en el tipo de trabajo agrícola que se ofrece y, por tanto, no hay suficientes personas dispuestas a trabajar en ese sector al nivel que se necesita".

Las medidas contra la actividad fronteriza ilegal han afectado a las cuadrillas de trabajadores
Hace unos años, el Gobierno estatal de Texas comenzó a reforzar las zonas fronterizas. La información sobre contrabando de drogas y otras actividades ilegales empujaron al público a demandar más recursos para combatirlo. Por tanto, se enviaron más soldados a la frontera sur con el objetivo de registrar con más intensidad a un mayor número de personas y vehículos.

No obstante, según Erickson, esto tuvo un efecto adverso sobre la actividad agrícola, pues los trabajadores legales se enfrentaban a un mayor control y se creaban retrasos y molestias. "Las fuertes medidas migratorias han sido todo un desafío", subraya. "Las políticas se han endurecido mucho en los últimos años, algo que comenzó, en gran parte, cuando el estado de Texas reforzó la presencia de soldados en el sur para patrullar las zonas fronterizas. Los soldados habían tomado una postura agresiva en la búsqueda y la interrupción de las actividades ilegales, lo que tuvo como resultado el paro de muchas más personas y camiones. Esto complicó la movilidad de las cuadrillas de trabajadores de unas zonas de trabajo a otras, que pueden estar separadas por hasta 80 kilómetros. A menudo, hay más de 40 o 50 soldados en ciertas franjas. Por consiguiente, aquello no solo complicó más las labores agrícolas, sino que también tuvo la consecuencia de ahuyentar a los trabajadores".



El muro fronterizo lo complica todo
El muro fronterizo anunciado por el presidente Trump ha tenido algunas consecuencias involuntarias, según los productores. De acuerdo con la opinión general, la estructura se va a levantar en unas tierras propiedad de los agricultores estadounidenses. Y no solo eso, sino que, en algunas zonas, el muro estará varios kilómetros al norte del río Bravo, por lo que se creará una "tierra de nadie" que, de lo contrario, sería una superficie agrícola fértil.

"El tema de la instalación del muro fronterizo es mucho más complicado en Texas", advierte Galeazzi. "En otras partes del país, la frontera de Estados Unidos con México se encuentra en medio del desierto en grandes extensiones de tierra. No obstante, la situación en Texas es única, pues la frontera la forma el río Bravo, una frontera natural, a la par que fértil. Claramente, la construcción de un muro fronterizo en el propio río no es factible y, por lo tanto, se está construyendo en los diques contra inundaciones en el lado norte de la frontera (EE. UU.).

Galeazzi señala que estas tierras no solo son de propiedad privada, sino que también son tierras agrícolas viables. "Muchos productores de Texas producen sus cultivos cerca del río porque la tierra es fértil", explica. "Algunos de estos diques sobre los que se construirá el muro están hasta a 16 kilómetros al norte del río, lo que significa que esa extensión entre el muro y el río será muy problemática en lo que a labores agrícolas se refiere".

Erickson coincide, y añade que hay muchas cuestiones en las que parece que no se ha reparado. "Esta zona se convertirá en 'tierra de nadie'", afirma Erickson. "El desplazamiento de maquinaria dentro y fuera de esta zona será peligroso. El Gobierno, en efecto, está cediendo tierras. Todo ello hará que el cultivo de frutas y hortalizas sea mucho más complicado y no hará más que acelerar la crisis de mano de obra".


El muro fronterizo se construirá sobre tierras agrícolas de primera categoría

Se necesita una mejor legislación fronteriza
Erickson y Galeazzi coinciden en que es necesario proteger las fronteras, pero buscan formas menos invasivas de obtener resultados. Además, hablan en nombre de muchos productores que creen que se necesita una reforma legislativa para abordar la escasez de mano de obra no solo en Texas, sino en todo el sector agrícola estadounidense. En su opinión, unas políticas migratorias más simples aligerarían la carga de los agricultores y, además, alentarían a más trabajadores inmigrantes a solucionar la falta de mano de obra.

"Todos respaldamos los esfuerzos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para mantener el país a salvo y evitar que cualquier actividad ilegal penetre en la región", admite Erickson. "También apoyamos el uso de tecnología, así como de una investigación adecuada cuando se trata de vigilar la frontera".

"En lo referente a los trabajadores inmigrantes, debería ponerse en funcionamiento un programa de trabajadores invitados que permita a más inmigrantes trabajar de forma legal en los Estados Unidos", continúa Erickson. "También debería tenerse en cuenta un componente para facilitar la entrada a los jornaleros. Hemos tenido varios programas a lo largo de los años que han funcionado bien y, sin lugar a dudas, es algo en lo que hemos pedido a Washington una mejor solución. Ahora, los productores incluso están empezando a estudiar el programa H2A porque la mano de obra se está convirtiendo en un factor muy limitante. En un principio, este programa parecía engorroso y caro, pero ahora se está convirtiendo en una alternativa necesaria para superar la escasez actual".

El impacto que está teniendo en el sector es algo que preocupa a los productores. En efecto, le están dando la espalda a cualquier oportunidad de crecimiento importante, simplemente porque no cuentan con los trabajadores necesarios para lograr una mayor producción.

"Dado que el tema continúa sin ninguna reforma, el problema está empeorando", apunta Galeazzi. "Estamos ya en una fase en la que se está reduciendo la viabilidad de las explotaciones agrícolas y se está disuadiendo a los agricultores de ampliar las superficies. Los costes siguen subiendo y eso está afectando a todos los productores, ya sean de cebollas, de cítricos o de hortalizas. Se necesita que exista algún tipo de programa de visados que permita la entrada de más trabajadores inmigrantes, además de legalizar la situación de los trabajadores ilegales. Esto animará a más trabajadores a llegar año tras año".

"La agricultura es un trabajo que emplea mucha mano de obra, se necesitan personas", concluye Galeazzi. "No hay maquinaria que reemplace totalmente a los trabajadores. Si los Estados Unidos quieren seguir respaldando un sector agrícola viable, tenemos que encontrar soluciones que alivien la carga de los productores. Confiamos en que nuestras autoridades electas conciban una legislación apropiada que lo haga posible".

Más información:
Bret Erickson
J&D Produce
Tel.: +1 (956) 380-0353

Dante Galeazzi
Texas International Produce Association
Tel.: +1 (956) 581-8632
Fecha de publicación: