Parte del problema es el mercado de importación. "Chile ha empezado más tarde este año y en el futuro Perú tendrá una oferta más tardía, y ambos países están plantando nuevas variedades. Además, México está empezando antes porque está plantando en otras regiones del país". Además, Macias señala que los productores mexicanos han incrementado mucho el número de variedades que cultivan. "Hay muchas variedades registradas nuevas de obtentores especializados", apunta Macias.
Retraso en el inicio
En los Estados Unidos, Macias dice que la región de Coachella ha tardado un poco más en comenzar este año, entre cuatro y ocho días más.
En cuanto a la demanda de uvas, es sólida en el retail y el foodservice, aunque este último sigue con las uvas rojas sin pepita chilenas. "Y el consumo será bueno si el retail baja los precios", detalla Macias.
Señala que la variación de precios y la gama se amplía dependiendo de la variedad. "Las nuevas variedades cuestan de 3 a 5 dólares más que las anteriores, y hay muchas variedades nuevas en la categoría de blancas y rojas sin semillas", afirma. "Las variedades más antiguas se están quedando desfasadas". Dicho esto, las nuevas variedades muestran un precio estable.
Los costes de la mano de obra también influyen en los precios. "Existe una gran diferencia entre los costes de la mano de obra en México y en Coachella. En California, los salarios mínimos suben todos los años y Coachella tendrá complicado competir con eso", asegura Macias.
Macias pronostica grandes promociones de uvas negras de México, con menores precios, y también grandes volúmenes de Flame, también con un precio más bajo y también de México.
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Mario Macias
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