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Panel del 'Estado de las Naciones' en Hort Connections

Las ciudades se convertirán en las nuevas zonas de producción de alimentos

La agricultura está al borde de una gran revolución, donde se producirá comida en las zonas urbanas y ciudades, utilizando materiales reciclados.

Julian Cribb, uno de los principales comunicadores en asuntos científicos y periodista de Australia, fue orador invitado en el panel del 'Estado de las Naciones' en Hort Connections, junto al director general de AUSVEG, James Whitehead, el director general de PMA AU-NZ, Darren Keating y Jimmy Botella, de la Universtity of Queensland.

Cribb alentó a los productores a que dejaran de hablar de la horticultura y la agricultura como industrias, y las consideraran como "comida". Añadió que el mundo en su conjunto se enfrenta a una escasez de agua, que afectará a cinco mil millones de personas en la década de 2020 y que se necesita un cambio radical.



"La comida sufrirá una revolución fantástica y dramática", dijo. "Parte de esto es que la mitad de la producción de alimentos en el mundo dejará las fincas y se mudará de nuevo a las ciudades. Estamos hablando de agritecture, hidroponía, acuaponía y nuevas formas de usar la luz solar. De momento, los tejados son gratis. Tengo un arquitecto en Londres que dice que la ciudad puede satisfacer el 80 por ciento de sus necesidades de frutas y hortalizas, solamente utilizando los tejados, sin incluir pequeñas parcelas".

Cribb expresa que las personas sólo consumen actualmente alrededor de 250 de los 27.000 tipos de plantas comestibles en el mundo, lo que ofrece un enorme potencial para los productores.

"Ni siquiera hemos comenzado a explorar la tierra en cuanto a lo que es bueno producir y lo que es bueno para comer", dijo Cribb. "Por lo que se avecina un gran aumento en la diversidad. Los agricultores puede que estén pensando que tengo una finca rural, pero quiero comenzar a invertir en esta tecnología de la ciudad. Quiero comenzar a hablar con los arquitectos sobre cómo reciclar el agua dentro de un edificio, cómo reutilizar los alimentos en el edificio y qué tipo de cadena construimos. ¿Necesitaremos introducir insectos y demás?"

Aunque Whitehead dice que puede ver el potencial de expansión y crecimiento de la producción en Australia, explica que no está exento de desafíos.

"Requiere capital y requiere que las personas asuman riesgos", explicó. "Lo cual es difícil, con nuestra cultura australiana basada en las producciones familiares. Es por eso que es necesario el capital, y que la gente se arriesgue a hacerlo de forma independiente".

Cribb agregó que es un desafío que la producción de alimentos de Australia sea competitiva en términos de fijación de precios, especialmente en comparación con los alimentos que se importan.

"Somos un país comercial, queremos acceso a mercados extranjeros y los necesitamos para hacer crecer nuestros negocios", explicó Whitehead. "No se puede pedir a los mercados extranjeros que crezcan y nosotros mantener cerrados nuestros mercados. La única respuesta que se me ocurre es un producto que sea, en todos los sentidos, tan bueno como el de la competencia".

Otro desafío para los agricultores, según el panel, es el desperdicio. Mientras que las empresas se vuelven más creativas, transformando los productos desechados en nuevos productos, como el vodka de zanahoria, también corresponde a los consumidores valorar más el producto. Una razón por la que a menudo se desperdician frutas y hortalizas es porque son muy baratas, lo que también perjudica a los agricultores.

"Los productores pasan por revoluciones tecnológicas todo el tiempo, son bastante capaces de hacerlo", dijo Cribb. "Pero no deben ser impulsadas por las gigantes empresas de alimentos que quieren bajar el precio de los alimentos. Tenemos que subir el precio de los alimentos, para que los agricultores puedan producir de manera sostenible, cuidar el agua y los árboles y la biodiversidad. Aumentar los rendimientos no resuelve el problema de los alimentos. Se obtienen más alimentos de una finca pequeña que de una finca grande y amplia".

Cribb también señaló que tres cuartas partes de las personas están muriendo a causa de enfermedades relacionadas con la dieta, y la horticultura podría desempeñar un papel importante en esta revolución. El panel estuvo de acuerdo con su opinión de que los dietistas tienen que participar con los agricultores en la producción de productos frescos, pues pueden jugar un papel importante, y también con los investigadores que potencialmente podrán agregar nutrientes a las nuevas variedades de alimentos sin afectar al sabor.

A su vez, Keating dice que la empresa privada impulsa la comida saludable, en lugar de presionar al gobierno para llevar a cabo la reforma.

"Prefiero que las empresas lo hagan bien a que el gobierno lo haga bien", expresó. "Hay argumentos sólidos, podemos ver las relaciones que las empresas están formando, se están saltando al gobierno. Se están estableciendo en varios países, formando su cadena de suministro. Hay cadenas de suministro en las que la gente confía y comprende de dónde procede el producto. Hasta cierto punto, el gobierno es un poco irrelevante".

Otro factor que impulsa el consumo es el marketing, que Keating dice que hoy en día tiene mucho más alcance que la publicidad tradicional.
"El consumidor tiene el poder de tener una conversación gigante, de la que ni siquiera somos parte la mayoría del tiempo", explicó Keating. "Miran todo, desde Masterchef hasta Instagram: se pasan por alto las conversaciones que se están celebrando en Canberra y otras ciudades capitales. El marketing es enorme porque es mucho más que una forma de comunicarse con el consumidor sobre lo que está comiendo. En términos generales, hay buenos mensajes sobre el aumento del consumo de frutas y hortalizas, pero la gente simplemente no hace caso".

Botella dijo a la audiencia que es importante para los agricultores mantenerse al tanto de los avances tecnológicos y adoptar los nuevos métodos lo antes posible.


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