Una situación bastante desagradable es la que están experimentando los productores de alcachofas sicilianas de la llanura de Catania, del Calatino y del Nisseno, tres de las principales áreas de producción de este producto. Para explicar la tendencia en el campo de la alcachofa siciliana, Enzo Rametta nos invitó al Maas de Catania, para contarnos la historia, por segundo año consecutivo, de una mala temporada.
Enzo Rametta
"Es el segundo año consecutivo en el que presenciamos una campaña de alcachofas literalmente desastrosa", explica Rametta. "El año pasado tuvimos una temporada caracterizada por la sequía del verano, que afectó a toda la tendencia estacional, agravada por las duras temperaturas de diciembre, que impidieron el crecimiento de las plantas".
"Este año, el exceso de lluvias en octubre y noviembre ha inundado nuestros campos, ha provocado la asfixia radical de las alcachofas y ha comprometido la calidad", continúa el empresario. "A todo esto se añadieron las heladas de hace unas semanas y el frío intenso de estos últimos días".
"La calidad del poco producto comercializable, desde el punto de vista estético, no está, por lo tanto, entre las mejores: una vez más, hemos perdido una gran parte de nuestros ingresos. Con los costes fijos que tenemos, muchos de los productores lo van a pasar realmente mal, especialmente si consideramos el hecho de haber salido de una campaña insuficiente de sandía en producción e ingresos".
"El daño económico es importante", afirma Rametta. "Estamos hablando de 3.000 hectáreas de alcachofas que han perdido el 40% de la producción. Si añadimos los precios bajos, está claro que estamos reducidos al máximo".
Desde la izquierda: Enzo Rametta, Stefano Zappalà y Danilo Zappalà
El frío de este año, realmente inusual en Sicilia por su duración e intensidad, también está elevando los precios, con la consiguiente reducción del consumo. Un ejemplo emblemático es la cotización de la coliflor roja que, según lo señalado por Stefano Zappalà (ver foto arriba, en el centro) "ha llegado a 15 euros por caja".
El mercado hortofrutícola de Catania es una estructura orientada a la producción, pero sobre todo a la redistribución de frutas y hortalizas de todo el mundo. Aquí se encuentra un surtido variado: desde las referencias típicas del norte de Italia y Europa, hasta los artículos que vienen de los trópicos. Unas 84 cajas en una extensión de 136.000 metros cuadrados, con casi 1,5 millones de entradas que el mercado hortofrutícola divide con las demás estructuras existentes en su interior.