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Marco Salvi, de Fruitimprese:

“Las medidas del Gobierno italiano para paliar los problemas de mano de obra no son suficientes”

Para sacar a la luz el trabajo en negro y regularizar a los inmigrantes que trabajan de manera ilegal, el Gobierno italiano presentó una medida que obtuvo el visto bueno el pasado 13 de mayo como parte del decreto ley "relanzamiento".

Se estima que alrededor de 200.000 extranjeros irregulares están empleados ilegalmente tanto en el sector agrícola como en los hogares. La regularización debería servir para sacar a la luz esta realidad y dar dignidad a estas personas.

Sin embargo, el sector agrícola organizado, es decir, las empresas estructuradas, las cooperativas, las pequeñas y grandes empresas que trabajan honestamente, no ha recibido las respuestas esperadas en cuanto a la falta de mano de obra. El sector siempre ha empleado a personal cumpliendo con las normativas. Muchos de los trabajadores temporeros son extranjeros residentes en Italia o que llegan con flujos controlados desde el exterior.

El decreto ley prevé que, del 1 de junio al 15 de julio de 2020, se podrá presentar la solicitud de regularización para trabajadores agrícolas y empleados de hogar. Debe indicarse la duración del contrato de trabajo y la remuneración acordada, igual o mayor a la prevista en el convenio colectivo nacional. Durante el mismo período, los inmigrantes con un permiso de residencia vencido antes del 31 de octubre de 2019 y que ya hayan trabajado en el sector agrícola podrán solicitar un permiso temporal de 6 meses para buscar trabajo.

Marco Salvi

El presidente de FruitImprese, Marco Salvi, expresa su perplejidad. "Nuestras empresas, que exportan sus frutas y hortalizas a todos los rincones del mundo, siempre han trabajado de conformidad con las leyes y los contratos. Las medidas previstas en el decreto de relanzamiento son positivas desde un punto de vista político, pero no proporcionan una solución para el problema de la falta de trabajadores temporeros en las inminentes cosechas de frutas y hortalizas de verano", dice Salvi.

Salvi está decepcionado porque las propuestas muy concretas presentadas por Fruitimprese no se han tenido en cuenta. "Eran propuestas que se podían implementar de inmediato, algunas de las cuales a un costo cero, para dar continuidad a un sistema consolidado desde hace 15-20 años que se basa en trabajadores extranjeros, muchos de ellos rumanos y polacos. Este sistema ha permitido salvaguardar una economía basada en el cultivo de frutas en muchas zonas de Italia. Nuestras empresas conocen a estos trabajadores y desde hace años sus estructuras están organizadas confiando en la disponibilidad de este personal experimentado".

Estas son las propuestas de Fruitimprese rechazadas por los políticos:

  1. un período de cuarentena para los trabajadores temporeros extranjeros que llegan a través de viajes organizados;
  2. la extensión de los permisos de residencia de los trabajadores extracomunitarios actualmente empleados y la regularización de aquellos actualmente presentes en Italia sin un permiso de residencia que ya hayan trabajado en el sector agrícola en su país de origen;
  3. la simplificación del sistema para permitir a los estudiantes trabajar en el campo durante sus períodos de descanso y facilitar el acceso al sector agrícola de los trabajadores de otros sectores que se han quedado sin trabajo por la crisis;
  4. permitir que trabajen en la agricultura los parados técnicos o aquellos que reciben ayudas sociales, garantizándoles un sueldo adicional y un retorno activo al mundo laboral;
  5. incentivos para contratar personal temporal, que podría permitir a las empresas garantizar salarios más altos para la fuerza laboral proveniente de otros sectores;
  6. la creación de un portal institucional a nivel local para facilitar el contacto entre la demanda y la oferta laboral, como el que se ha puesto en marcha para la contratación de personal sanitario.

"Sería realmente una paradoja que ahora, después de que el sector hortofrutícola nunca ha dejado de funcionar y después de que los italianos lo han vuelto a ver como esencial para su dieta, corriéramos el riesgo de perder las cosechas porque no podamos encontrar la mano de obra estacional necesaria rápidamente", concluye el presidente.