El movimiento de los champiñones en Norteamérica parece ser impredecible.
"Con la COVID-19, las cosas son un éxito y un fracaso. Intentamos determinar a qué tiene que enfrentarse el mercado", dice Roberto Ramírez, de Mountain Meadow Mushrooms, en Escondido, California. "Hace unas semanas, había un montón de champiñones. La gente quería deshacerse de su producto y, de repente, dos semanas después, se demandan champiñones porque todo el mundo los quiere. Las cosas son muy volátiles en este momento debido a la COVID-19".
Ramírez explica que el volumen de la oferta depende en gran medida del productor, que tiene que pensar con cuatro a seis semanas de antelación para anticipar cómo podría ser el movimiento. "En los últimos seis meses, solo ha habido altibajos", comenta. "Hemos reducido nuestra producción en un 80 por ciento y todavía no sabemos cómo anticiparnos a las cosas".
Zonas de producción
En cuanto a la producción, además de California, los champiñones provienen en gran parte de Pensilvania y Canadá.
La demanda también es desigual. "El foodservice demanda poco producto por el momento", expresa Ramírez. Sin embargo, junto con las ventas en los retailers, también hay demanda procedente de algunos nuevos orígenes sorprendentes. "A lo largo de los meses, hemos visto un aumento de la demanda de champiñones en los mercados de agricultores, especialmente de nuestras variedades especiales. También hemos visto un nuevo tipo de negocio en el que los agricultores ofrecen cajas con diferentes productos, incluidos los champiñones", continúa Ramírez. "Eso parece estar ayudando y creemos que la gente quiere apoyar a los agricultores locales durante la pandemia".
Al mismo tiempo, tras el Mes Nacional del Champiñón en septiembre, las ventas del producto normalmente aumentan a finales de octubre y la demanda se mantiene fuerte a menudo hasta enero, cuando los propósitos de Año Nuevo y la alimentación saludable ocupan un lugar destacado en la mente de los consumidores.
Aumento de los precios
En cuanto al precio de los champiñones, ha aumentado desde el comienzo de la pandemia. "En los últimos siete meses, las cosas han cambiado tanto que hemos visto un aumento del precio. Y no se ha producido necesariamente por el valor de los champiñones en sí, sino a las regulaciones y las cosas necesarias para poder seguir con la producción. El aumento de los precios compensa ese coste", señala Ramírez.
Los precios también varían según la zona, añade. "En California, el precio es estable y alto comparado con el resto del país, lo que atrae a otros productores al mercado, con champiñones más baratos, pero perjudicando a los productores locales porque el coste de producir un champiñón es mucho más alto y por eso el precio también lo es", concluye. Zonas como Pensilvania suelen tener un precio más bajo, al igual que el producto canadiense, dado el cambio del dólar.
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Roberto Ramírez
Mountain Meadow Mushrooms
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