La demanda de calabazas ha crecido de manera constante en los últimos años, pues los consumidores han encontrado más formas de incluir las calabazas en su dieta y recetas. La calabaza egipcia está en plena temporada y la exportadora Oriental Trader espera alcanzar los mercados asiáticos este año. Es un reto, pues estos mercados tienen estándares muy elevados en lo que respecta a la calidad del producto que importa. Aun así, la demanda de calabazas es muy alta, pese a las complicaciones que acarrea consigo el coronavirus.
El cultivo de calabaza en Egipto ha estado creciendo, un exportador ha aumentado, Oriental Trader ha incrementado su superficie en más de 60 hectáreas en las últimas campañas, según explica su gerente de exportación, Wael Soliman. "Hay diferentes variedades de calabazas, categorizadas según forma, color, surcos, manchas y rayas. Nuestro cultivo de calabazas se ha ampliado en más de 60 hectáreas, sobre todo entre Luxor y Aswan, en los últimos años. Nuestras calabazas se cultivan desde las tierras bajas hasta altitudes de unos 2.000 metros sobre el nivel del mar. Son cultivos de temporada cálida adaptados a temperaturas medias de 27-35 grados centígrados. La importancia de la calidad de nuestras variedades de calabaza Hokkaido la confirman las cantidades de producción por hectáreas, que este año ha alcanzado las 6 toneladas por hectárea, además de los resultados de exportación que hemos experimentado".
Debido a la pandemia, Soliman preveía una demanda más baja este año, pero ahora que la temporada ha empezado, se ha dado cuenta de que ocurre lo contrario. "La flor produce de uno a tres frutos que tardan unos 90 días en madurar. La calabaza tiene una piel dura y es carnosa por dentro. En resumen, podemos decir que nuestra calabaza Hokkaido tiene un proceso de cultivo muy tecnificado y esto viene después de intensos experimentos y pruebas. Esperamos alcanzar en torno a 10 contenedores después de la clasificación. Esta temporada, nuestras expectativas eran una campaña complicada, teniendo en cuenta la pandemia. No obstante, ahora estamos observando lo contrario, una demanda elevada y un inicio extraordinariamente fuerte de la temporada. Las calabazas tienen un mercado inmenso internacionalmente, aunque hay que cumplir unos estándares internacionales específicos de calidad para vender en ese mercado".
Oriental Trade cultiva sus calabazas de forma ecológica, utilizando métodos específicos para combatir plagas y enfermedades. "Alejamos nuestras calabazas de enfermedades comunes como las bacterianas, que pone marrones las hojas. En lugar de usar plaguicidas destructivos, solo mantenemos medidas preventivas ecológicas, como rociar agua por las mañanas para que el cultivo esté seco cuando caiga la tarde, pues en esa parte del día es cuando la humedad favorece las bacterias. El control de las plagas requiere del uso de métodos ecológicos. Hemos seleccionado suelos en la parte alta de Egipto porque las calabazas necesitan un suelo moderadamente pesado y rico en nutrientes, y también necesitan agua suficiente además de una cantidad adecuada de calor y sol".
En la actualidad, el mercado europeo es el más importante para la empresa, pero Soliman afirma que se proponen entrar también en los mercados asiáticos. "La mayor parte de nuestras calabazas se envía a Alemania, Italia y los Países Bajos. Los nuevos retos que estamos enfrentando se refieren a nuestra meta de penetrar en el mercado asiático y, en concreto, en el japonés con nuestros característicos frutos. Tenemos suerte de que, tras un intenso I+D, las flores produzcan frutas de alta calidad y de los calibres adecuados. La demanda y los usos de las calabazas están creciendo día tras día debido a su valor nutricional y sus beneficios para la salud, por lo que está aumentando el interés de las personas que llevan un estilo de vida saludable", concluye.
Más información:
Wael Soliman
Oriental Trade Co.
Tel.: +2 02 263 678 57
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Email: wsoliman@orientalfruits.com
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