Durante la primera mitad de la temporada de cebollas, la prohibición de las exportaciones de cebolla de la India llevó a envíos gigantescos de cebollas rojas holandesas a Asia. Mientras tanto, el mercado ha cambiado por completo. Para Carl van de Wiel, de Agro Centre Holland, una empresa holandesa especializada en envasar y exportar cebollas rojas y chalotas, el equilibrio es muy frágil. "El hecho de que hayamos podido enviar tantas cebollas a Asia dos años seguidos es realmente único, pero no ofrece ninguna garantía para el futuro. Digamos que realmente necesitamos que se produzcan malas cosechas en otros lugares".
"Nadie esperaba que Asia volviera a abrir del todo sus fronteras para nuestras cebollas este año. Países como Bangladés y Sri Lanka compraron enormes volúmenes. Al final, Holanda envió incluso más cebollas que el año pasado, también porque más exportadores se centraron en este mercado. Al principio fue fantástico, pero el final fue un poco menos satisfactorio, porque por problemas en el transporte marítimo, muchos contenedores llegaron tarde. Así que comenzó muy bien, pero terminó mal".
"No debemos olvidar que Holanda no está ni mucho menos entre los primeros en la lista de los exportadores preferidos por Asia. Nuestras cebollas son mucho menos populares que las de la India. Si no hay producto indio, los países asiáticos primero buscarán cebollas de Pakistán o Turquía y solo entonces entrarán en juego países como Egipto y Países Bajos. Por lo tanto, ya deben salir mal bastantes cosas en el mercado mundial antes de que esos países nos llamen a nosotros. Ahora bien, eso es precisamente lo que ha sucedido durante dos años seguidos. La superficie de cultivo en Países Bajos aumentará de nuevo este año. En 2019 hubo 4.000 hectáreas de cebollas rojas, el año pasado hubo 4.500 y ahora puede haber unas 5.000. Si Asia necesita nuestras cebollas rojas, se despacharán en nada de tiempo, pero también hay una posibilidad de que esto no suceda en los próximos años".
"En este momento el mercado está mucho más tranquilo. Las exportaciones no son fluidas, a pesar de que los precios ni siquiera están en un nivel alto. Todavía hay muchas cebollas en stock. La calidad de las cebollas rojas sigue siendo muy buena, creo que incluso mejor que la de las cebollas amarillas. Por lo tanto, no espero que necesitemos muchas cebollas de Egipto, porque tenemos suficiente producto para consumo interno, al igual que el año pasado, cuando apenas importamos cebollas egipcias", dice Carl. "Dados los altos precios en India y Pakistán, creo que habrá más oportunidades de negocio para los exportadores egipcios en el Medio Oriente este año".
"Muchas cebollas rojas suelen terminar en el sector horeca y foodservice, pero este año la situación es diferente y echamos de menos este canal de ventas. Los precios de mercado de las cebollas rojas holandesas oscilan entre 22 y 30 céntimos. Si los agricultores lo permiten, espero que podamos mantener esos precios, porque muchas veces los precios al productor no son muy realistas. Esto se aplica sobre todo a las cebollas amarillas, para las que tenemos que pagar 19-20 céntimos a los agricultores, prácticamente el mismo valor que el precio por bala. Pero para las cebollas rojas, los compradores suelen estar dispuestos a pagar algo más por el producto de calidad. Los compradores prefieren pagar unos céntimos más por mercancía de muy buena calidad que jugársela y obtener una calidad un poco menos buena. En esos casos, por supuesto, hay que asegurarse de que el envío esté en perfectas condiciones y perfectamente preparado".
El mercado también fue bueno para las cebollas rosadas este año. "Asia prefiere aún más las cebollas rosadas que las rojas. El otoño pasado, la demanda de Asia fue alta y los precios buenos, por lo que espero que la mayoría de los exportadores apuesten otra vez por ese mercado. Las chalotas también han sido muy caras durante todo el año. A pesar de que es un producto típico de horeca, el stock de chalotas francesas es bajo gracias al alto consumo nacional".
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Carl van de Wiel
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