La producción anual de tomates en Italia, tanto en invernadero como al aire libre, de media supera el millón de toneladas, procedentes en los últimos cinco años de casi 25.000 hectáreas.
A excepción de unas pocas hectáreas en invernaderos de alta tecnología ubicados en el norte del país, la mayor parte de la producción en invernadero se concentra en Sicilia y más precisamente en la zona costera entre las provincias de Agrigento y Siracusa. En Vitoria, provincia de Ragusa, se cultivan los tomates de mesa de mayor calidad.
Mientras tanto, el virus rugoso del tomate (ToBRFV) sigue pesando sobre el sector, y no solo en Sicilia. La fitopatía, que surgió entre Israel y Jordania en 2014/2015, se ha convertido mientras tanto en un problema para los productores de tomate a nivel global.
En Sicilia, el virus hizo su aparición en otoño de 2018 y, desde entonces, algunas empresas han sufrido pérdidas de producción de hasta el 40%.
"No hubo ninguna alerta sobre la posible introducción de tobamovirus en Italia", dijo un experto durante una conferencia reciente sobre el tema. "No se dispuso de un método de detección rápido y eficaz en 2018 y no se indicó ningún método de seguimiento eficaz. Hoy, alrededor del 45% de las empresas de cultivo bajo invernadero se quejan de infecciones de ToBRFV (aunque la estimación podría estar equivocada, ed.)". Mientras tanto, los agricultores sicilianos están aprendiendo a manejar el problema, aunque con grandes esfuerzos. Para ello, están perfeccionando las técnicas agronómicas que incluyen, entre otras cosas, ciclos de cultivo más cortos, la profilaxis y el uso de variedades menos susceptibles. Además, desde hace algún tiempo se habla de nuevas variedades de resistencia intermedia (IR), pero el problema solo se resolverá definitivamente con la mejora genética y el lanzamiento de variedades de alta resistencia (HR).
Algunas noticias importantes en el frente de la lucha contra el ToBRFV provienen de la Universidad de Palermo (Departamento SAAF), que ha impulsado el proyecto NetLab, gracias al cual es posible realizar un monitoreo constante, pero a bajo coste. El proyecto consiste en la creación de una red de microlaboratorios que operarán dentro de los viveros, de manera que sean capaces de autocontrolar sus plantas, verificando sobre el terreno la posible presencia de ToBRFV y otros patógenos. Según los expertos, será necesario iniciar un proceso de validación conforme a las normas de la Organización Europea y Mediterránea de Protección Vegetal (EPPO) y poner en conocimiento de los organismos competentes los resultados de los laboratorios y sugerencias útiles para revisar algunas medidas. La información recabada permitirá el lanzamiento de un plan de vigilancia territorial bajo la dirección del Servicio Fitosanitario Regional.
Más recientemente, con el objetivo de combatir la propagación y erradicar el ToBRFV en Sicilia, el Servicio Fitosanitario Regional ha emitido un decreto con medidas fitosanitarias obligatorias y precisas. Estas medidas relativas a las plantas, semillas y plantas madre de tomates y pimientos (variedades no resistentes) corren a cargo de los productores, ya sean propietarios o arrendatarios de los terrenos y zonas donde se encuentran cultivos con presencia confirmada o sospechada de ToBRFV. El que incumpla las medidas fitosanitarias obligatorias previstas en el decreto, en caso de constatada presencia del organismo nocivo, es sancionado con las sanciones administrativas previstas en el art. 55 del Decreto Ley de 2 de febrero de 2021, n.º 19. La disposición entró en vigor el 15 de marzo de 2021.
En cuanto a los precios de los tomates de mesa, el 12 de abril 2021, en el mercado de Vittoria se alcanzaron las cotizaciones aquí arriba mencionados. Las referencias pequeñas como los tomates datterino (2,04 euros/kg), los tomates cherry (1,34 euros/kg) y los tomates Roma (1,18-1,12 euros/kg) alcanzaron buenos precios. Las otras referencias no siempre superaron el euro por kilo, rondando más o menos los costes de producción y en algunos casos colocándose incluso por debajo de ellos.