El mercado de hortalizas congeladas ha tenido un año de existencias extremadamente bajas, debido a la escasa producción. La pandemia mundial también está dificultando las ventas. Johan Polfliet es el director general de la belga Crop's. En esta entrevista, habla de las oportunidades y los retos a los que se enfrenta el mercado de las hortalizas congeladas. "Queremos distinguirnos principalmente en las áreas de conveniencia e innovación".
John Polfiliet
El especialista en hortalizas congeladas siempre ha estado muy orientado a la venta en los retailers. "Esta rama ya tenía una cuota del 55-60% en nuestra empresa, incluso antes de que llegara el coronavirus. Esa ha sido nuestra salvación. Desde luego, no ha sido un año desastroso, pero sí tuvimos que afrontar algunos retos, pues nuestros clientes demandaban más productos de los que podíamos ofrecer. La demanda de productos típicos en los retailers, como los guisantes, las judías, la coliflor y las espinacas, en particular, aumentó enormemente. Preveíamos cierto crecimiento, pero no tanto. La demanda del mercado aumentó un 20-30%".
"También tenemos clientes del canal horeca que tuvieron que cerrar sus puertas de la noche a la mañana. Fabricamos productos a medida para esos canales, que cayeron de golpe. Por lo tanto, no podíamos vender esos productos a los supermercados, pues tienen necesidades diferentes", dice Johan.
"Los retailers no son una alternativa para ciertos productos. Entre ellos están los puerros, las cebollas y las coles blancas y rojas. Sin embargo, afortunadamente, estamos en el segmento de los congelados. Por tanto, podemos almacenar nuestros productos, algo que no puede hacer el sector fresco, por ejemplo. Pero esto conlleva costes adicionales y requiere ajustes en los planes".
Efectos duraderos de la COVID-19
Johan cree que el coronavirus dejará huella. "La pandemia sigue dominando el mundo y la situación aún no ha vuelto a la normalidad. Espero que con el desarrollo de las vacunas, la vida vuelva a ser normal pronto. Pero espero que varias tendencias continúen en nuestro sector. Por ejemplo, el mayor consumo de alimentos en casa. Además, algunas personas desconfiaban de los alimentos congelados, pero ahora, un número considerable de esas personas ha empezado a consumir hortalizas congeladas, lo que sin duda impulsará aún más el consumo".
Los cultivos de primavera están ya muy avanzados. "La evolución en el campo es positiva. Hemos tenido una primavera húmeda con algunas heladas y esas condiciones benefician a nuestros cultivos. Las temperaturas nocturnas fueron de 0 °C e inferiores hasta finales de abril, por lo que las heladas provocaron un retraso inusual en la cosecha, que empezará dos o tres semanas más tarde que otros años".
"En un año de escasas existencias, la situación creará algunos problemas. Por ejemplo, la cosecha de judías, que fue realmente catastrófica el año pasado. Llevo 25 años en el sector de las hortalizas congeladas y solo he experimentado una cosecha así tres veces. Así que tendremos que reponer esas existencias", continúa Johan.
Vuelta a lo local
La división de hortalizas congeladas de Crop tiene fábricas en Bélgica, Francia, Polonia, España y Portugal. La empresa también tiene oficinas de venta en Bélgica y el Reino Unido. Así como en Alemania, Polonia, Estados Unidos, China y Japón. "Nuestras ventas son mundiales, pero nos abastecemos del 90% de las hortalizas a menos de 50 km de las fábricas". El sector de productos exóticos no está creciendo tanto, señala Polfliet. "Esos productos ya no están tan de moda por las largas distancias que tienen que recorrer".
"Los consumidores prefieren volver a lo local. Por eso se está reactivando la demanda de las llamadas 'hortalizas olvidadas'. Además, cada vez hay más familias con dos ingresos que trabajan fuera de casa. Por tanto, el congelador se está convirtiendo en una alternativa más necesaria. Y los alimentos congelados tampoco son siempre caros. Fuera de temporada, la coliflor fresca suele ser más cara que la congelada".
Es un momento emocionante para esta empresa de hortalizas congeladas, ya que muchos de sus contratos anuales han concluido. ¿Cómo se distingue Crop's en el mercado? Johan cree que el quid de la cuestión es ofrecer conveniencia y nuevas ideas. "Estamos presentes en los sectores de la fruta, las hortalizas y los platos preparados. Los hemos dividido deliberadamente en tres entidades. No queremos ser generalistas, sino especialistas. Debemos saber más sobre nuestros productos que los clientes a los que servimos".
"Podemos ser una empresa de marca blanca. Pero dentro de esa marca blanca, trabajamos como una marca. Tenemos en cuenta lo que la gente quiere y respondemos a ello. Una de las tendencias actuales es que la gente quiere comer menos carne, y ese cambio es muy positivo para el sector de las hortalizas. Se puede responder a ello con productos de conveniencia, como, por ejemplo, quinoa con verduras; y los garbanzos y las lentejas también están volviendo a los menús".
Consolidación
Hay una tendencia general de consolidación en todo el sector de las hortalizas congeladas, y Johan espera que continúe. "En el mercado europeo se producen 4,2 millones de toneladas de hortalizas para el sector de productos congelados. Y los diez principales actores son todos de Bélgica y España. Juntos, abarcan entre el 60 y el 70% del mercado. Creo que estos dos países seguirán siendo los motores del sector. Solo los diez actores belgas producen entre 900.000 y 1 millón de toneladas. Polonia, por ejemplo, tiene una producción importante, pero allí hay 250 productores".
"El crecimiento continúa; no puede ser de otra manera. Piensa en lo intensiva que tiene que ser una empresa en términos de capital. Hay que invertir en máquinas y en stock. Por lo tanto, es difícil para las nuevas empresas entrar en este mercado, especialmente con todas las responsabilidades de seguridad alimentaria que hay. Hoy en día, algunos compradores necesitan hasta 60.000 toneladas de hortalizas".
"No quieren comprar en varios sitios. Las ventas a otros continentes también están aumentando. Antes vendíamos el 10% de nuestras hortalizas fuera de Europa. Actualmente, esa cuota llega al 20 o 25%. Las ventas a Europa del Este van en aumento, al igual que en Asia. África también se está subiendo al carro", explica Johan.
Brexit
Según Johan, los primeros meses del brexit han tenido un efecto limitado. "Al principio, provocó sobre todo trabajo administrativo adicional. También se produjo el común acaparamiento en el mercado debido a la alta demanda y a un retroceso después de Año Nuevo. Estábamos especialmente nerviosos por la evolución del tipo de cambio. Pero se estabilizó bastante rápido".
"Ahora, sin embargo, las exportaciones al Reino Unido se han normalizado. Habrá que ver qué impacto tienen a largo plazo, pues todavía tendremos que hacer frente a requisitos adicionales. Entre ellos están los palés y los certificados fitosanitarios adicionales, que aumentarán los precios. La situación podría llevar a un mayor cultivo local, pero eso no es actualmente una amenaza importante".
La sostenibilidad no es solo un eslogan en Crop's, es un estilo de vida. “Es una obligación. Si seguimos produciendo a la antigua, la tierra se agotará después de 25 cosechas más. Si no respetamos la naturaleza, nuestra fábrica no vale nada. Por eso cuidamos mucho nuestro ecosistema. Piensa, por ejemplo, en los cultivos que utilizamos como control natural de plagas", señala el director general.
"Y en el uso de la tecnología. Ahora utilizamos drones para hacer fotos en el campo. Esa tecnología distingue las malas hierbas de las judías y los guisantes. Así, podemos utilizar nuestro equipo de pulverización de forma muy específica. Realmente solo controlamos las malas hierbas. Queremos llegar a ofrecer un 80 o 90% de hortalizas completamente libres de residuos".
Johan considera que el cambio climático es uno de los mayores retos del sector. "Mira las estadísticas. Todos los años llueve lo mismo, pero se distribuye de forma completamente diferente, lo que causa grandes problemas. Por ejemplo, nuestra cosecha de guisantes ha sido escasa por tercer año consecutivo. La única manera de hacer frente a eso es distribuir el agua y regar. Pero este problema va más allá del sector de los congelados. Así que también necesitaremos la ayuda del gobierno. Por supuesto, nosotros también intentamos gestionarlo por nuestra cuenta".
"Por ejemplo, bombeamos agua para lavar y escaldar nuestras hortalizas. Luego purificamos el agua y la conservamos. Actualmente hemos establecido más de 1.600 kilómetros de tuberías para devolver el agua a los campos y suministramos agua a los productores que cultivan para nosotros. En definitiva, es una situación en la que toda la cadena sale ganando. Al fin y al cabo, nos asociamos con los clientes, que quieren estar seguros de recibir el tonelaje acordado, y de que tendrán acceso a suficiente agua para alcanzar sus volúmenes".
Un nido de halcón sobre el almacén
El procesamiento de subproductos también ha evolucionado mucho con los años. "El proceso desperdicia hasta un 30% de 100 kg de zanahorias frescas. Hoy en día, todo eso va al sistema de biomecánica, donde se reduce en un 90%, por lo que esos residuos ya no vuelven a los campos. En su lugar, los utilizamos como energía verde en forma de abono orgánico. También hemos construido un nido en lo alto de nuestro almacén automatizado de 35 metros de altura para atraer a los halcones. Después de dos años, una pareja construyó un nido. Ahora ya no tenemos problemas con los ratones y las palomas", continúa Johan.
También hemos realizado avances necesarios en cuanto al envasado. "Todo el mundo insiste en que hay que usar menos plástico. Nosotros también estamos buscando alternativas, pero todavía hay algunos obstáculos. Por ejemplo, aún no hay tecnología para procesar esos envases con las máquinas existentes. Y alternativas como el papel y el cartón son mucho más caras".
"Por tanto, la transición requiere una inversión considerable. Además, estas tendencias de envasado están evolucionando. En Europa del Este, por ejemplo, los compradores podían meter las hortalizas congeladas en su propia bolsa en algunas tiendas. Sin embargo, desde el brote de COVID-19, esto ha dejado de hacerse por razones de higiene", añade Johan.
"Un segmento que está creciendo más rápido que la media es el de los productos ecológicos. Muchos productores se están pasando al cultivo ecológico, y las técnicas han mejorado y los agricultores han adquirido conocimientos. Gracias a ello, los precios están disminuyendo y los productos ecológicos son cada vez más asequibles. La política gubernamental en Europa, por ejemplo, pretende que el 25% de las tierras agrícolas sean ecológicas en 2030".
"El gobierno francés está exigiendo un porcentaje mínimo de productos ecológicos en los comedores gubernamentales también. Todas estas cosas están acelerando el proceso. Además, la agricultura convencional se parece cada vez más al cultivo ecológico. Creo que el cultivo ecológico podría convertirse en la norma y que, algún día, nuestro cultivo será totalmente ecológico", concluye Johan.