Los productores de tomate de toda Sudáfrica se enfrentan a brotes de Tuta absoluta, o minador del tomate, una agresiva plaga de las plantas de la familia de las solanáceas, a pesar del frío del invierno, que suele reducir el número de poblaciones.
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Algunos productores de tomate ya han sufrido la destrucción de toda su cosecha de tomate al perder la batalla química contra la explosión del número de insectos, que puede extenderse rápidamente de una explotación a sus vecinas. "Es indudable que la Tuta es un gran problema y que se va a convertir en uno mayor", señala un comerciante de tomates. Añade que el seguimiento y la lucha contra el minador del tomate supone uno de los mayores costes para los productores, a pesar de que esta plaga de insectos era desconocida en Sudáfrica hace apenas seis años.
Sin embargo, el brote actual no es peor ni más destacado que los anteriores, señala un especialista en tomates de una empresa de semillas. Todas las variedades comerciales son susceptibles de ser depredadas por el minador del tomate.
Durante las dos últimas semanas, la oferta de tomates no ha sido muy alta en el mercado, pero es imposible saber si eso es el resultado de los daños de la Tuta absoluta o si es el efecto de una fuerte tormenta de granizo que cayó al norte de las montañas Soutpansberg a principios de octubre.
La resistencia química se desarrolla rápidamente
Las trampas de feromonas para los insectos macho se colocan con las nuevas plantaciones, privando a las hembras de semillas para fertilizar sus huevos, pero esta estrategia solo es eficaz mientras su número sea bajo. Cuando la población aumenta, se necesitan fungicidas sistémicos con periodos de salida simultáneos. Esto dificulta el control del número de insectos, ya que crean rápidamente una resistencia a los productos químicos, según los especialistas en tomate.
Además, el precio de los productos químicos para combatir la Tuta absoluta ha aumentado en los últimos meses hasta casi duplicar su precio hace 18 meses, concluyen los productores.