Según Henk van Doorne, de la empresa holandesa Van Doorne Imex, el mercado de la lechuga no está dando buenos resultados en estos momentos. "Dado el aumento de los precios de todos los insumos, el precio de la lechuga también debería aumentar, pero esto no está sucediendo en este momento. Los costes de producción se están disparando. Afortunadamente, la mayoría de los pequeños productores tienen un contrato de gas bastante asumible, pero los actores más grandes suelen ser muy dependientes del comercio diario".
"Afortunadamente, el período anterior ha sido muy bueno. En los meses de agosto y septiembre, que generalmente no son muy buenos para las ventas de lechuga, el producto se despachó sin problema este año, lo que nos permitió recuperarnos de las ventas moderadas durante el invierno y la primavera. No obstante, eso solo se aplica a aquellos productores que podían ofrecer lechuga, porque no había mucha oferta en el mercado. En esos meses, tuve que contestar muchas veces 'no' a los clientes. Y es que no me quedaba producto".
"En este momento hay un poco más de oferta, aunque los volúmenes no son muy grandes. En cualquier caso, las ventas son fluidas. Recibimos pedidos de Escandinavia y el Oriente Medio es un comprador habitual. La demanda por parte de los otros países europeos es limitada, aunque esta es una tendencia que empezó hace varios años. Y es que los consumidores prefieren cada vez más lechugas pigmentadas y las bolsas con mezclas de lechugas. Las ventas de la lechuga Trocadero están bajando cada vez más, como resultado de los cambios en los hábitos de consumo".
La calidad de la lechuga es excelente. "Por supuesto, las condiciones meteorológicas han sido bastante buenas para el cultivo. Además, estamos muy contentos de que el problema del Fusarium parece haber sido frenado por los obtentores, y en particular por Rijk Zwaan", concluye Henk.
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